Cartas al director

Ni como oposición ni como Gobierno

Las vacaciones de los políticos han tocado a su fin. Los políticos vuelven a dejarse ver en los medios informativos, y los españoles, que vemos cómo se deteriora la situación en el país, nos preguntamos si, por fin, este año cambiará algo. Hace pocos días, por enésima vez, diecisiete pesqueros españoles fueron apresados, asaltados y saqueados por Marruecos. Con o sin motivos (la mayor parte de las veces sin), Marruecos sigue apresando barcos, apresamientos que suponen la ruina para los patrones y sus tripulaciones. Y contra esto, ¿qué hace el Gobierno? Nada.Pero no es eso lo peor. Que Suárez y...

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Las vacaciones de los políticos han tocado a su fin. Los políticos vuelven a dejarse ver en los medios informativos, y los españoles, que vemos cómo se deteriora la situación en el país, nos preguntamos si, por fin, este año cambiará algo. Hace pocos días, por enésima vez, diecisiete pesqueros españoles fueron apresados, asaltados y saqueados por Marruecos. Con o sin motivos (la mayor parte de las veces sin), Marruecos sigue apresando barcos, apresamientos que suponen la ruina para los patrones y sus tripulaciones. Y contra esto, ¿qué hace el Gobierno? Nada.Pero no es eso lo peor. Que Suárez y sus barones son los mismos perros de siempre «con distintos collares», no es un secreto para nadie, pero al menos esperábamos que la oposición hubiera hecho algo para remediar la situación. Para nuestra desilusión, los partidos de oposición, aparte de una moción de censura, condenada de antemano al fracaso, no han hecho otra cosa que contribuir al deterioro de la situación mediante su «política de consenso» y sus continuas alianzas con UCD.

Ultimamente suenan nombres de abogados socialistas defendiendo casos como el de la Molfino o el del anarquista Benayas, «suicidado» en la cárcel de Segovia.

Aparte de estas intervenciones a título individual, socialistas y comunistas no han hecho otra cosa que seguir el juego del Gobierno. En sus discursos grandilocuentes, Felipe González critica la violencia fascista, pero cuando se pretende condenarla en el Congreso los socialistas se abstienen de votar, y ello no porque sean incapaces de unirse para algo: eso lo han demostrado muy bien a la hora de condenar a ETA. Y así van transcurriendo estos años de «democracia». Entre un paro galopante, el descontento que va cundiendo en todos los sectores y la desilusión que se hace cada vez más patente. No vamos a caer en el error de decir que con Franco vivíamos mejor, pero tampoco en el de esperar que quienes desde la oposición no han hecho otra cosa que demagogia hagan algo más si llegan al Gobierno. /

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