Un general asesinado y dos soldados heridos al ser ametrallados en una calle de Barcelona

Dos conocidos miembros de los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) fueron identificados por la policía como posibles autores del asesinato del general de brigada del cuerpo de Intendencia, Enrique Briz Armengol, de 64 años, acaecido a las 8.30 de la mañana de ayer, en el barrio de Les Corts, en la parte alta de Barcelona. El soldado de escolta, Marcos Vidal Pinar, de diecinueve años, resultó gravísimamente herido, y anoche se daba como muy probable un fatal desenlace. El soldado conductor, Luis Arnáu Daví, resultó herido con carácter menos grave y anoche estaba fuera...

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Dos conocidos miembros de los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) fueron identificados por la policía como posibles autores del asesinato del general de brigada del cuerpo de Intendencia, Enrique Briz Armengol, de 64 años, acaecido a las 8.30 de la mañana de ayer, en el barrio de Les Corts, en la parte alta de Barcelona. El soldado de escolta, Marcos Vidal Pinar, de diecinueve años, resultó gravísimamente herido, y anoche se daba como muy probable un fatal desenlace. El soldado conductor, Luis Arnáu Daví, resultó herido con carácter menos grave y anoche estaba fuera de peligro.

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La policía distribuyó ayer tarde entre los miembros de las fuerzas de Seguridad del Estado centenares de fotografías de dos destacados miembros de los GRAPO. Ello era consecuencia de la identificación obtenida a través de testigos presenciales, a quienes se les habían exhibido diversas fotografías.Fuentes oficiales se negaron a facilitar la identidad de las dos personas buscadas. Pero una fuente indicó que uno de los buscados podría ser Enrique Cerdán Calixto, destacado dirigente de los GRAPO. Todas las fuentes reconocieron que las investigaciones se centraban en este grupo terrorista.

El atentado tuvo efecto en la confluencia de la calle de Sabino Arana -antes Roberto Bassas- con la Gran Vía de Carlos III, en cuya parte inferior transcurre el cinturón de Ronda, una vía de circulación rápida que rodea parcialmente el casco urbano barcelonés.

A las 8.30 de la mañana, el coche oficial, un Seat 124, de color negro, conducía por la parte superior de la Gran Vía de Carlos III a las tres personas señaladas hacia el despacho oficial del general Briz, que actualmente desempeñaba la jefatura del Cuerpo de Intendencia en la IV Región Militar (Cataluña). La confluencia de dicha vía con la calle de Sabino Arana constituye un «punto negro» circulatorio y obliga a una moderación en la marcha. Gran cantidad de coches entran en Carlos III por Sabino Arana, otros salen de la parte inferior -que constituye el cinturón de Ronda, de circulación rápida- y, otros se preparan para descender a dicho cinturón. Un «ceda el paso» afecta a uno de los tres carriles circulatorios. La presencia en las proximidades de una estación de servicio aún complica más las cosas.

A la altura del inmueble 81-85 de Carlos III, dos jóvenes dispararon contra el vehículo. Por lo menos, uno portaba una metralleta. El coche, según el gabinete de Prensa de la policía, recibió «más de veinte impactos de bala», procedentes de dos armas diferentes, ambas del calibre 9 Parabellum. La fuente manifestó desconocer la marca de las balas, pero afirmó que no eran Geco, que es la habitualmente utilizada por ETA.

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En un intento de evitar el atentado o como consecuencia del mismo, el coche rozó una farola. Algunas fuentes indicaron que una tercera persona habría disparado con pistola, desde el lado izquierdo del vehículo, el contrario al que recibía la agresión principal, con el fin de rematar al general Briz. De forma inmediata, los tres terroristas huyeron en un taxi que había sido robado, a punta de pistola, muy, poco antes, en el barrio de Sant Andréu. Se daba el caso que en el mismo momento del atentado el taxista estaba denunciando el robo en la comisaría de aquel barrio.

El general falleció en el acto. Al soldado de escolta, Marcos Vidal, también se le dio en un primer momento por muerto. Este último presentaba cinco heridas de bala, en el brazo, pulmón y, con carácter gravísimo, una herida en la frente, con pérdida de masa encefálica, prácticamente mortal de necesidad. Ingresó además con paro cardiaco respiratorio, que pudo ser superado. Anoche era mantenido con respiración asistida. Todas las fuentes daban un pronóstico muy pesimista.

En cambio, el soldado Luis Arnáu Daví recibió una herida en el brazo y otra en sedal, es decir, muy leve, en la pierna; anoche permanecía despierto y totalmente fuera de peligro.

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