Duro ataque de las Cajas de Ahorro al programa económico de la CEOE

En un análisis sobre el plan de «medidas urgentes para luchar contra el paro», presentado recientemente por la patronal CEOE, el último número del informe mensual Coyuntura económica, de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, califica tales medidas de incoherentes respecto a los principios, e ineficaces contra los objetivos que proclaman.

Las conclusiones del informe insisten en la puesta en guardia «ante las falsas soluciones que ofrece (el plan de la CEOE) para la salida de la crisis, soluciones en las que se piden muchas cosas muy concretas y se ofrecen pocas y muy vagas».«En...

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En un análisis sobre el plan de «medidas urgentes para luchar contra el paro», presentado recientemente por la patronal CEOE, el último número del informe mensual Coyuntura económica, de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, califica tales medidas de incoherentes respecto a los principios, e ineficaces contra los objetivos que proclaman.

Las conclusiones del informe insisten en la puesta en guardia «ante las falsas soluciones que ofrece (el plan de la CEOE) para la salida de la crisis, soluciones en las que se piden muchas cosas muy concretas y se ofrecen pocas y muy vagas».«En cualquier caso», prosigue el informe, «conviene no olvidar que las partes más positivas del documento son aquellas que se apoyan en acciones que han sido ya emprendidas o van a serlo próximamente por el Gobierno, independientemente de las propuestas de la CEOE. A partir de tales acciones gubernamentales, el programa se transforma en una larga lista de peticiones que, examinadas una por una, pueden identificarse con objetivos muy concretos, aunque poco explícitos, y que, consideradas en su pluralidad, acabarían conduciéndonos a un tipo especial de reactivación autárquica, no garantizada en ningún caso y que supondría una suma de problemas a medio y largo plazo, posponiendo, en definitiva, la verdadera solución de la crisis».

La única valoración positiva general que merece a Coyuntura económica el programa de la CEOE es lo que representa de toma de conciencia de la clase empresarial ante la presente situación, así como lo que supone de intento de ayuda en la resolución de los problemas que a todos nos afectan de modo tan inmediato y directo.

Hecha esta salvedad, se añade que el programa responde a una interpretación de la situación económica muy alejada de la crisis actual, al tiempo que propugna un conjunto de medidas más propio y coherente de una economía corporativizada que de la economía de mercado que se proclama defender, y que no se define ni a nivel de principios ni de propuestas de actuación.

Según Coyuntura económica, el problema esencial en estos momentos es el de adaptar la estructura productiva a las nuevas condiciones del mercado. Mientras esa adaptación no se produzca de nada valdría forzar el ritmo de producción mediante las conocidas técnicas de impulsión por la vía de la demanda, pues esa «reactivación» por la que parecen suspirar los empresarios sólo serviría para incrementar las existencias de productos sin salida o la acumulación de bienes de capital sin ningún valor respecto a su capacidad de producción posterior.

En último término, la consolidación de una estructura productiva obsoleta sólo podría lograrse aislando totalmente nuestro país respecto a la competencia exterior, reduciendo progresivamente el coste de los factores empleados en la producción, a medida que las diferencias de eficiencia entre el aparato productivo interno y el de nuestros competidores fueran agrandándose. No parece que este debiera ser el camino más apropiado.

Desmontaje de privilegios

Por el contrario -sigue el citado informe-, un programa eficaz para la economía española debería plantearse con prioridad absoluta el alcanzar una estructura eficiente de la producción. Es decir, una estructura competitiva, dado el coste interior de utilización de los factores y el necesario equilibrio exterior, pues sólo desde esta estructura de la producción tendría sentido un crecimiento de la misma que pudiese absorber gradualmente el cuantioso volumen de paro que actualmente padece nuestra población activa.Ante la magnitud y los riesgos de error en la tarea planificadora, debe confiarse en que un sistema libre de precios y el desmontaje de situaciones de privilegio en cuanto a los recursos disponibles, dentro de un clima de moderación en el crecimiento de los costes de utilización de los factores, haga funcionar el mercado, esa situación por la que tantos dicen suspirar, y en la que tan pocos creen auténticamente. Si a todo ello se le une una reconversión del sector público hacia el ámbito que le es propio -los bienes sociales- y una concentración de sus dispersas actividades actuales en la creación de capital fijo de amplios efectos multiplicadores, es seguro que el cambio de estructura productiva se llevaría a término quizá con más rapidez de la que pueda imaginarse, y que la produción encontraría bases suficientes para alcanzar sus potenciales de crecimiento.

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