International Harvester ratifica al INI su firme intención de adquirir un tercio de ENASA-Pegaso

La multinacional International Harvester, primera firma norteamericana en la producción de vehículos industriales, ha ratificado en firme, durante las conversaciones mantenidas esta semana en Nueva York con altos directivos del INI y la empresa estatal ENASA, su intención de hacerse cargo de un tercio del accionariado de Pegaso, aunque la firma legal del acuerdo, en principio alcanzado el pasado enero en Madrid, se retrasará pormutuo acuerdo hasta después del verano.

Aunque las negociaciones neoyorquinas no han disipado completamente las diferencias que en el curso del último mes habían...

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La multinacional International Harvester, primera firma norteamericana en la producción de vehículos industriales, ha ratificado en firme, durante las conversaciones mantenidas esta semana en Nueva York con altos directivos del INI y la empresa estatal ENASA, su intención de hacerse cargo de un tercio del accionariado de Pegaso, aunque la firma legal del acuerdo, en principio alcanzado el pasado enero en Madrid, se retrasará pormutuo acuerdo hasta después del verano.

Aunque las negociaciones neoyorquinas no han disipado completamente las diferencias que en el curso del último mes habían surgido entre ambas partes, sí han servido, al menos, para ratificar el compromiso de International Harvester respecto a su operación española y asimismo han permitido romper el punto muerto y la tirantez que se había producido durante la última ronda de conversaciones, que se celebraron a mitad de julio en Madrid.Fuentes no españolas revelaron ayer a EL PAÍS que, aunque prácticamente se ha alcanzado un acuerdo global respecto a las últimas condiciones que International Harvester había presentado en sus conversaciones madrileñas, ambas partes han acordado seguir las negociaciones a nivel técnico y continuar trabajando en la redacción legal del acuerdo final, que muy bien podría firmarse definitivamente a finales se septiembre.

Las condiciones que, según fuentes fidedignas, había presentado International Harvester, y que, en cierto grado, habían sorprendido a la parte española, se refieren a la ampliación de tres a cinco años del período de pérdidas que debía hacerse cargo ENASA, la solicitud de una «sustancial» ayuda gubernamental a toda la operación y la clarificación de la política gubernamental española con respecto al futuro de la industria de automoción pesada en España, léase concesión de licencias de transporte, fabricación de nuevos modelos, importación de vehículos, etcétera.

Según algunas fuentes, tanto la ampliación del período de financlación lateral de las pérdidas como las aclaraciones de la política gubernamental fueron dos temas suficientemente determinados en las conversaciones y, al parecer, existe ya un entendimiento al respecto. Caso aparte es el tema de la «sustanciosa ayuda» gubernamental que fuentes oficiosas desmienten que exista algo al respecto, mientras que, por otro lado, se habla como una cosa «natural», tal como sucedió en la inversión de General Motors en España.

Las conversaciones neoyorquinas se han mantenido al más alto nivel, en un esfuerzo por romper el punto muerto de hace dos semanas. Por parte española participaron el presidente del INI, José Miguel de la Rica; el vicepresidente, Carlos Espinosa de los Monteros, y el presidente de ENASA, Federico Sotomayor. Por el lado norteamericano viajaron de Chicago, sede de IH, a Nueva York, el presidente, Archie R. McCardell, sus más directos asesores y altos dirigentes de la división de operaciones.

El acuerdo de compra de un tercio de las acciones de ENASA-Pegaso por IH, junto a los compromisos de creación de un nuevo grupo (Pegaso International), debía haberse firmado definitivamente antes de terminar el mes de julio, tal como determinaba el acuerdo de principios suscrito el pasado enero en Madrid. En este intervalo, un equipo numeroso de técnicos de IH ha estado estudiando a fondo a ENASA y las posibilidades del mercado español de cara a la futura integración de nuestro país en la CEE.

Profundo análisis del mercado

El retraso en la firma legal del acuerdo, motivado fundamentalmente por el endurecimiento de las condiciones exigidas por IH, había dado lugar a especulaciones en torno a un eventual abandono del grupo norteamericano de su proyecto de venir a España. No obstante, tanto fuentes del INI como de la propia empresa desmintieron rotundamente tal interpretación e incluso ratificaron el renovado interés de la primera firma de automoción pesada de Estados Unidos por su opqración española.El interés de IH por estar presente en España, según algunas interpretaciones, podría obedecer a un análisis documentado de la presente situación del mercado europeo de vehículos industriales. Según este análisis, el único grupo firme del mismo a largo plazo es el encabezado por la firma alemana Dalmler-Benz, que recientemente ha adquirido la mayoría de la española Mevosa. Aparte de Iveco, al otro lado del Atlántico se tiene el convencimiento de que sólo habrá sitio en Europa para otro gran grupo, que inevitablemente estará compuesto por intereses mixtos.

De cara al potencial que ofrece España en el campo de los vehículos industriales, tanto a nivel interno como base de exportación hacia Europa, en algunos medios existe la impresión de que la fusión, a nivel de fabricación de vehículos industriales, entre las dos firmas que se disputan ahora ese segundo puesto, será inevitable. De confirmarse esta tesis, tanto la japonesa Nissan, que consumará en breve su mayoría en Motor lbérica, como ENASA-IH, estarían llamadas a fusionarse en un plazo relativamente medio, disputando al bloque Daimler-Benz su primacía en el citado campo.

Respecto a la inversión definitiva de IH en España, fuentes fidedignas a.seguran que el compromiso de Nueva York ha incuido un acuerdo para incrementar la cantidad originalmente pensada en los entendimientos de principio del pasado enero y que significaban una inversión de doscientos millones de dólares (unos 14.000 millones de pesetas) en la planta de motores. El nuevo acuerdo habla de una inversión total de seiscientos millones de dólares (42.000 millones de pesetas) y un compromiso para el mantenimiento de todos los puestos de trabajo.

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