El PNV podría pedirle al Rey "medidas de gracia" condicionadas al cese de la violencia

A primera hora de la tarde de ayer, con media hora de retraso, se entraba a debatir acaso el tema más importante y el más esperado de todas las sesiones plenarias: la normalización de Euskadi, con aspectos tan delicados como la posibilidad de estudio de medidas de gracia e impuesto revolucionario, entre otras. La propuesta presentada por el PNV en este sentido fue aprobada con los votos en solitario de los propios peneuvistas.

En primer lugar se dio lectura al dictamen de la comisión, inspirado en el PNV: un texto que trataba de englobar todas las proposiciones presentadas por todos los...

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A primera hora de la tarde de ayer, con media hora de retraso, se entraba a debatir acaso el tema más importante y el más esperado de todas las sesiones plenarias: la normalización de Euskadi, con aspectos tan delicados como la posibilidad de estudio de medidas de gracia e impuesto revolucionario, entre otras. La propuesta presentada por el PNV en este sentido fue aprobada con los votos en solitario de los propios peneuvistas.

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En primer lugar se dio lectura al dictamen de la comisión, inspirado en el PNV: un texto que trataba de englobar todas las proposiciones presentadas por todos los grupos parlamentarios en relación a aquellos temas, que se mantenían ahora corno votos particulares, con carácter adicional.La presentación por parte del PNV de la proposición no de ley que se convirtió en el dictamen, se interpretó en su día en medios políticos vascos como una maniobra de este partido para no afrontar directamente y de forma individualizada el tema de las medidas de gracia y englobarlo en un contexto amplio de medidas tendentes a la normalización de Euskadi, entre las cuales la posibilidad de estudiar una petición de medidas de gracia al Rey (en estos términos se expresaba la proposición de Euskadiko Ezkerra) quedaba condicionada a un cese de la violencia.

El texto propuesto por el partido del Gobierno dice, entre otras cosas, que la pacificación y el progreso del pueblo vasco precisan de «la promulgación y adopción de cuantas normas y medidas tiendan a conseguir una profunda y auténtica democracia, respeto estricto de todos y cada uno de los derechos de la persona, en especial el de la vida, libertad de expresión, legalización de todos los partidos políticos y garantía de las libertades públicas». En la segunda condición para que la pacificación sea posible, el PNV habla de la necesidad de garantizar la efectividad del derecho del pueblo vasco a su autogobierno, mediante el urgente desarrollo y profundización del Estatuto de Autonomía.

Reconciliación

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En tercer lugar, «la aceptación por todos los ciudadanos de las vías políticas como único cauce dentro de un sistema democrático, renunciando a la violencia de cualquier clase y al recurso de las armas». Como consecuencia de los anteriores puntos, el grupo de nacionalistas vascos hace especial hincapié en «la consideración de cuantas medidas de gracia se precisen para liquidar los efectos y situaciones personales derivados de las etapas hasta hoy vividas, en favor de la reconciliación de todos con todos».

El hecho de que el texto incluya condiciones para la necesaria pacificación contrarió a los parlamentarios de los grupos socialista y comunista, que consideraron que no se podía hablar de medidas de gracia por una parte y condiciones previas al cese de la violencia por otra. El representante de Alianza Popular, Florencio Arostegui, en este sentido criticó al PNV por el hecho de que en su moción no se hiciera alusión al impuesto revolucionario. «Este silencio es trágico. No supone otra cosa que una actitud de inhibición y ambigüedad ».

Antes de pasar a la votación del texto del grupo de nacionalistas vascos, la cámara discutió cada uno de los votos particulares con carácter adicional, que había presentado cada grupo parlamentario.

El primer texto supervisado fue el presentado por Euskadiko Ezkerra, en el que solicita que el Parlamento vasco acuerde dirigirse al Rey para que se produzcan las medidas de gracia «que dejen sin efecto las penas impuestas o las que en su día pudieran imponerse a cada uno de los ciudadanos vascos que se encuentren en la misma situación por haber colaborado con ellos». Esta fue la primera moción que se presentó el día de la constitución del Parlamento vasco, el pasado día 31 de marzo, en Guernica. La existencia de este texto provocó la elaboración y presentación posterior de otras proposiciones no de ley del resto de grupos parlamentarios en relación a la normalización del País Vasco.

La izquierda, dividida

El contenido del texto de Euskadiko Ezkerra, el único en el que se plantea la necesidad de medidas de gracia sin condiciones previas, provocó una seria división entre los grupos parlamentarios de izquierda que hasta ayer habían funcionado en la cámara de una forma casi colegiada. La votación arrojó los siguientes resultados: cuatro votos afirmativos -los de Euskadiko Ezkerra-, dieciséis negativos -los de PSE, PC, AP y UCD-, y la abstención del partido comunista, explicó Roberto Lertxundi, en nombre del Partido Comunista, explicó su oposición al texto, porque en él no se habla de la necesidad de acabar con la violencia terrorista, «y mientras eso no sea un hecho continuará habiendo presos en las cárceles».

Por su parte, Txiki Benegas y Ricardo Damborenea, en nombre del partido socialista, justificaron su voto negativo diciendo que no estaban dispuestos a hablar de medidas de gracia «mientras continúe habiendo muertes». Después de la votación, el portavoz de Euskadiko Ezkerra, Javier Olaberri, lamentó públicamente la ausencia de los diputados de Herri Batasuna, ya que «con su presencia el resultado de las votaciones hubiera sido diferente».

El segundo voto particular sometido a votación fue el presentado por el partido comunista, en el que decía que el Parlamento vasco «manifiesta su exigencia del cese de todo tipo de actividad armada o de violencia política; sobre la base de dicho cese expresa su voluntad de solicitar las medidas de gracia que puedan conducir a la libertad de los presos vascos, cuyas-acciones hayan tenido móviles políticos». El texto fue aprobado con veinticinco votos afirmativos del PC y el PNV, doce negativos (PSE y UCD) y la abstención de AP y Euskadiko Ezkerra.

A la hora de redactar esta información, la Cámara de Diputados pasaba a votar los restantes votos particulares. El grupo de centristas vascos había presentado tres textos contra las medidas de gracia, la necesidad de colaboración del Gobierno y pueblo vasco con las fuerzas de seguridad, y la oportunidad de propulsar una campaña de mentalización popular en torno a los verdaderos objetivos del terrorismo de ETA.

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