SANTANDER

Anciano salvajemente mutilado

Un anciano al que le habían seccionado el pene y que presentaba además numerosas heridas de arma blanca y la cara completamente desfigurada fue recogido por la Policía Municipal en la madrugada del jueves pasado en una céntrica calle de Santander. El herido ha sido identificado como José Calleja Noriega, de 63 años de edad, dedicado a la mendicidad, sin domicilio fijo y que solía pernoctar en el portal donde fue encontrado.Hasta el momento, las investigaciones policiales no han podido establecer ninguna hipótesis en torno a lo sucedido, ya que el herido al ser recogido por la Policía Municipal...

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Un anciano al que le habían seccionado el pene y que presentaba además numerosas heridas de arma blanca y la cara completamente desfigurada fue recogido por la Policía Municipal en la madrugada del jueves pasado en una céntrica calle de Santander. El herido ha sido identificado como José Calleja Noriega, de 63 años de edad, dedicado a la mendicidad, sin domicilio fijo y que solía pernoctar en el portal donde fue encontrado.Hasta el momento, las investigaciones policiales no han podido establecer ninguna hipótesis en torno a lo sucedido, ya que el herido al ser recogido por la Policía Municipal tan sólo pudo referirse, antes de perder el conocimiento, que aún continúa sin recuperarse en el centro médico donde fue ingresado, a una supuesta sustracción de 10.000 pesetas de la que habría sido objeto.

Este lamentable hecho se produce dos semanas después de que, en el Ayuntamiento de Santander, concejales de izquierda y alcalde se enfrentaran en una viva polémica en torno a la habilitación de los fondos necesarios para la construcción de un albergue de transeúntes. Esta idea, que tomó cuerpo durante la primavera pasada a raíz de que un vagabundo muriera de frío en la puerta de una iglesia, fue desarrollada por la comisión de servicios sociaIes del Ayuntamiento de Santander, que elaboró el correspondiente proyecto.

En el curso del pleno, en el que se pretendía la aprobación de un presupuesto de algo más de seis millones de pesetas para la adecuación del local destinado a albergue y que es de propiedad municipal, el alcalde mostró, en repetidas ocasiones, su desinterés por el tema, llegando a afirmar, entre las protestas de la oposición y del público que asistía a la sesión, que la gente tiene derecho a morir donde quiera y como quiera.

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