Jimenez de Parga apoya a los árabes en la OIT

A veinticuatro horas de la clausura de la 66ª Conferencia Internacional del Trabajo, la asamblea plenaria de la conferencia se transformó en escenario de un duro debate centrado en un proyecto de resolución sobre las «repercusiones de los asentamientos israelíes en Palestina y en territorios árabes ocupados en relación con la situación de los trabajadores árabes».Los países contrarios a la aprobación del proyecto de resolución abandonaron tácticamente la discusión sobre el contenido del mismo, para fundamentar que las materias que contenía no eran propias de la OIT ni de su conferencia anual....

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A veinticuatro horas de la clausura de la 66ª Conferencia Internacional del Trabajo, la asamblea plenaria de la conferencia se transformó en escenario de un duro debate centrado en un proyecto de resolución sobre las «repercusiones de los asentamientos israelíes en Palestina y en territorios árabes ocupados en relación con la situación de los trabajadores árabes».Los países contrarios a la aprobación del proyecto de resolución abandonaron tácticamente la discusión sobre el contenido del mismo, para fundamentar que las materias que contenía no eran propias de la OIT ni de su conferencia anual.

Al margen de cualquier connotación polilica, la argumentación jurídica del embajador de España, Manuel Jiménez de Parga -constitución de la OIT en mano-, resultó definitiva y concluyente, recibiendo la más larga ovación de la conferencia.

Después de aprobarse el método de la votación secreta, los resultados fueron 249 votos a favor, quince en contra y 165 abstenciones, a través de los cuales se buscó restar el quórum a la votación, pero sin éxito.

Desde el comienzo del debate, el embajador Jiménez de Parga anunció que el Gobierno de España, con independencia del método (voto a mano alzada, nominal o secreto), votaría a favor de esta resolución.

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