Buena acogida en Cataluña a la candidatura de Jiménez de Parga como fiscal del Estado
Los medios jurídicos y forenses de Cataluña esperan con interés el nombramiento del nuevo fiscal general del Estado, ya que la actitud que éste adopte tendrá incidencia en la marcha del principado hacia su autonomía plena. Por ello ha sido acogida con satisfacción la noticia, intensamente comentada a partir de su publicación en estas páginas, y posteriormente en La Vanguardia, de que el nombramiento podría recaer en el profesor Manuel Jiménez de Parga, actualmente embajador de España ante la OIT (Organización Internacional del Trabajo).Durante más de veinte años enseñó en la facultad de...
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Los medios jurídicos y forenses de Cataluña esperan con interés el nombramiento del nuevo fiscal general del Estado, ya que la actitud que éste adopte tendrá incidencia en la marcha del principado hacia su autonomía plena. Por ello ha sido acogida con satisfacción la noticia, intensamente comentada a partir de su publicación en estas páginas, y posteriormente en La Vanguardia, de que el nombramiento podría recaer en el profesor Manuel Jiménez de Parga, actualmente embajador de España ante la OIT (Organización Internacional del Trabajo).Durante más de veinte años enseñó en la facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, dirigiendo además uno de los bufetes de abogados más importantes de la Ciudad Condal.
La mayor parte de los dirigentes catalanes de menos de 45 años fueron alumnos suyos.
Los juristas catalanes confían en que el fiscal general del Reinio tenga sensibilidad por los temas de la comunidad catalana, pues normalmente serán varios y trascendentales los casos que lleguen ante el Tribunal Constitucional, con intervención en el mismo del fiscal.
La aplicación de la letra fría de la Constitución podría llevar a consecuencias negativas si quienes intervienen en el proceso carecen de una vivencia de lo que es y representa Cataluña.
En 1970, el profesor Jiménez de Parga fue elegido decano de la facultad de Derecho por profesores y estudiantes, pero su nombramiento no se produjo hasta febrero de 1976, ya que los sucesivos ministros de Educación del franquismo vetaron el resultado de las urnas.