Un programa "clar i catalá"

En su discurso ante el Parlamento, Jordi Pujol presentó ayer su programa de Gobierno, que podríamos calificar de «clar i catalá».Es, decimos, un programa «clar y catalá». Claro, porque presenta sin tapujos una panorámica global de los problemas que tienen que ser abordados y de las limitaciones de todo tipo que existen para ello. Como ya es habitual en él, no ha caldo en expresiones retóricas para eludir cuestiones ni condicionamientos, sino que ha ido al grano. Pero no al pequeño grano, sino al de las grandes cuestiones.

Es también un programa «catalá», en el sentido de responder plena...

En su discurso ante el Parlamento, Jordi Pujol presentó ayer su programa de Gobierno, que podríamos calificar de «clar i catalá».Es, decimos, un programa «clar y catalá». Claro, porque presenta sin tapujos una panorámica global de los problemas que tienen que ser abordados y de las limitaciones de todo tipo que existen para ello. Como ya es habitual en él, no ha caldo en expresiones retóricas para eludir cuestiones ni condicionamientos, sino que ha ido al grano. Pero no al pequeño grano, sino al de las grandes cuestiones.

Es también un programa «catalá», en el sentido de responder plenamente a la mentalidad de la gente de nuestras tierras. No se ha andado por las ramas de las utopías ni de las promesas fáciles o demagógicas. Se ha movido dentro de las coordenadas del típico «seny» catalán. Si por una parte es ambicioso, por otra también es realista y pragmático. Y en este aspecto sería natural que, de no mediar otras consideraciones, mereciese el apoyo de todas las fuerzas moderadas representadas en el Parlamento.

Es normal, ante un proyecto y un equipo de estas características, que cada partido de la oposición encuentre razones para fundamentar su postura crítica, sobre todo los de la izquierda. Se trata, sin embargo, de un programa y de un equipo coherentes con el voto mayoritario de los últimos comicios.

23 de abril