Cartas al director

Carter, pasa factura

La larga crisis entre los gobiernos de Irán y Estados Unidos está demostrando ampliamente las posibilidades con que contamos para que exista una verdadera política internacional de respeto mutuo y convivencia pacífica. Tanto uno como otro parecen estar empeñados en que los rehenes no sean liberados nunca. De una parte, Jomeini no termina de encontrar una solución a los problemas internos qué padece su país (incultura, fanatismo y, sobre todo, hambre y crisis económica), de otra, Carter necesita, o al menos esa impresión da, de la ayuda de unos fanáticos que apresan, saltándose todo tipo de ley...

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La larga crisis entre los gobiernos de Irán y Estados Unidos está demostrando ampliamente las posibilidades con que contamos para que exista una verdadera política internacional de respeto mutuo y convivencia pacífica. Tanto uno como otro parecen estar empeñados en que los rehenes no sean liberados nunca. De una parte, Jomeini no termina de encontrar una solución a los problemas internos qué padece su país (incultura, fanatismo y, sobre todo, hambre y crisis económica), de otra, Carter necesita, o al menos esa impresión da, de la ayuda de unos fanáticos que apresan, saltándose todo tipo de leyes internacionales, a cincuenta -casi se podría decir- presuntos funcionarios de su embajada, para, de esta forma, ganar un tanto importante en las próximas elecciones en su país.Pero lo que ya es increíble es que se permita el lujo de pasar la factura de sus favores a los países aliados. No debe saber el señor Carter que la independencia, la soberanía de un pueblo, está, o debiera estar, por encima de los intereses particular el de cualquier Estado ajeno. Aunque quizás lo que, ocurre es que, a pesar de saberlo, no lo tiene en cuenta.

La situación internacional pasa por un gravísimo momento; la invasión de Afganistán, el conflicto en Oriente Próximo, los cubanos renegando del régimen castrista y un largo etcétera, conforman esa crisis. Pero de eso a utilizar dicha situación para un interés personal hay una gran diferencia. Alguien debería decírselo a los norteamericanos./

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