Intento de asalto armado a la Embajada española en Honduras

Un individuo fuertemente armado, al que la policía trata de identificar, intentó penetrar ayer en la Embajada española en Tegucigalpa. Simultáneamente en la capital hondureña se difundió el rumor de que nuestro embajador, José de Cuadra, había sufrido un atentado. Esta versión fue desmentida por el propio diplomático, quien añadió que la persona detenida en la puerta de la representación diplomática de nuestro país tenía intenciones de solicitar asilo político, y que los servicios de seguridad de la cancillería le detuvieron al comprobar que portaba varias armas.No existe ninguna relación,...

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Un individuo fuertemente armado, al que la policía trata de identificar, intentó penetrar ayer en la Embajada española en Tegucigalpa. Simultáneamente en la capital hondureña se difundió el rumor de que nuestro embajador, José de Cuadra, había sufrido un atentado. Esta versión fue desmentida por el propio diplomático, quien añadió que la persona detenida en la puerta de la representación diplomática de nuestro país tenía intenciones de solicitar asilo político, y que los servicios de seguridad de la cancillería le detuvieron al comprobar que portaba varias armas.No existe ninguna relación, según parece, entre el incidente y el proceso electoral de Honduras, que culminará mañana cuando 1.250.000 personas acudan a las urnas para elegir a los 71 diputados que integrarán la futura Asamblea Constituyente del país.

El ambiente preelectoral se ha animado tras las declaraciones formuladas por el general Policarpo Paz García, jefe del triunvirato militar que gobierna Honduras. El alto oficial expuso que el criterio de las Fuerzas Armadas es que la elección del futuro presidente de la República (tarea en principio encomendada a la Asamblea), se realice en una nueva consulta popular directa y secreta. Paz García añadió que ningún miembro de las fuerzas armadas presentaría su candidatura.

El pronunciamiento militar constituye una sorpresa en el panorama político hondureño y una variación notable en el esquema de poder de este pequeño y casi desconocido país centroamericano. Los analistas políticos coincidían en señalar que la aparente alianza entre el derechista Partido Nacional (al que, según todas las fuentes, favorecerá el proceso electoral de mañana, fraudulento en muchos detalles), y las fuerzas armadas estaba fundada en la subsiguiente elección del general Policarpo Paz como presidente constitucional de la República. La declaración de la persona más directamente implicada en estas teorías desautoriza pues aquel esquema.

Los tres partidos políticos que compiten en las elecciones de mañana, el Nacional, el Liberal y el de Innovación y Unidad, han acogido con diferentes criterios la decisión de las fuerzas armadas de apartarse, al menos teóricamente, del quehacer político nacional. El más extendido, sin embargo, es el que considera que debe ser la Asamblea Constituyente, quien decida el nombre futuro presidente, basados en la consideración de que un país pobre como Honduras no puede permitirse el gasto que supondrían unas nuevas elecciones generales. Las autoridades confían en que no se produzcan incidentes durante el acto electoral del domingo. El portavoz del Gobierno, Herman Padget, señaló que se han tomado las precauciones necesarias pero añadió que Honduras «no estaba vacunada, contra la violencia».

Hasta ahora, en efecto, no se han producido apenas incidentes, salvo la detención de militantes del proscrito Partido Demócrata Cristiano, cuando efectuaban pintadas llamando a los hondureños a la abstención, y el secuestro de un alto directivo de la compañía petrolera Texaco, realizado por individuos que utilizaban un automóvil con pegatinas del Partido Nacional.

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