Giscard critica la posición británica en el tema comunitario

En vísperas de la cumbre que, en Luxemburgo, los días 27 y 28 del mes en curso, reunirá a los jefes de Estado y de Gobiernode los nueve miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE), el presidente de la República Francesa, Valéry Giscard d'Estaing, le ofreció ayer unas declaraciones exclusivas al diario conservador Le Figaro, en las que aborda los problemas referentes a la construcción europea y el que, unilateralmorite, plantea Gran Bretaña. El presidente se queja, en ambos casos, de las divisiones comunitarias y afirma que «Francia defiende a Europa».El presidente galo lanza...

En vísperas de la cumbre que, en Luxemburgo, los días 27 y 28 del mes en curso, reunirá a los jefes de Estado y de Gobiernode los nueve miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE), el presidente de la República Francesa, Valéry Giscard d'Estaing, le ofreció ayer unas declaraciones exclusivas al diario conservador Le Figaro, en las que aborda los problemas referentes a la construcción europea y el que, unilateralmorite, plantea Gran Bretaña. El presidente se queja, en ambos casos, de las divisiones comunitarias y afirma que «Francia defiende a Europa».El presidente galo lanza una velada advertencia al Consejo de Europa (es la instancia que se reunirá en Luxemburgo a finales de este mes) y a Gran Bretaña. Refiriéndose a Inglaterra y a su obstinada postura anticomunitaria, al negarse a participar en la financiación del presupuesto de la CEE, Giscard no excluye, por su parte, «una solución equitativa que ayude a Gran Bretaña a atenuar sus dificultades pasajeras». Pero en caso de no encontrar esa solución, «habrá que aplicar las reglas en, vigor», ya que entonces se trataría, en la mentalidad de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, «de una transformación sustancial y duradera de las reglas comunitarias, lo que implicaría una modificación del Tratado de Roma».

Por lo que respecta al Consejo de Europa, creado por iniciativa suya, Giscardse queja de que, como va a ocurrir en Luxemburgo con la cuestión inglesa, ha de resolver problemas que no le competen y que, en definitiva, lo desvían de su minisión esencial: ser una instancia de concertación para analizar la situación internacional y, con ello, impulsar la acción de las instituciones comunitarias.