Pensiones y pensiones

He leído en su periódico de fecha 28-3-1980 la noticia relativa a la pensión que va a quedarle al señor Tarradellas, que, entre otras prestaciones, asciende a la cifra de 400.000 pesetas al mes, pensión vitalicia que, en caso de fallecimiento, pasaría a su esposa y, en último término, a su hija, disminuida psíquicamente.Creo que es lógico que, al igual que se publican esas noticias, deberían de publicarse otras de personas que no reciben pensiones, cual es mi caso.

Soy inválido total (físico) desde los cuatro meses de edad. Actualmente tengo 67 años y no he recibido nunca pensión alguna...

He leído en su periódico de fecha 28-3-1980 la noticia relativa a la pensión que va a quedarle al señor Tarradellas, que, entre otras prestaciones, asciende a la cifra de 400.000 pesetas al mes, pensión vitalicia que, en caso de fallecimiento, pasaría a su esposa y, en último término, a su hija, disminuida psíquicamente.Creo que es lógico que, al igual que se publican esas noticias, deberían de publicarse otras de personas que no reciben pensiones, cual es mi caso.

Soy inválido total (físico) desde los cuatro meses de edad. Actualmente tengo 67 años y no he recibido nunca pensión alguna, excepto la ayuda del Fondo Nacional de Asistencia Social, que, desde hace un año, asciende a 4.000 pesetas al mes, y anteriormente, y durante varios años, a 320 pesetas durante el mismo período de tiempo.

Mi padre trabajó durante varios años en Correos, como cartero rural, y debido a la legislación vigente no he podido recibir la pensión vitalicia que por orfandad, u otro concepto, en lógica y justicia deberia corresponderme. Hay una laguna en la legislación que hace que sucedan casos como el mío y el de otros pocos ciudadanos que, si el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social quisiera enterarse, podría solucionarlos, cambiando o modificando la actual legislación, y nos podría dar la pensión que debe correspondernos para vivir dignamente, solucionando de paso estos casos que, en un Estado de derecho y democrático como el nuestro, parece mentira que puedan existir.