Dominicos valencianos se solidarizan con los curas de San Blas

Veinticuatro religiosos y religiosas dominicos enviaron un escrito a su vicario provincial, en el que califican de inaceptable la decisión del Consejo Regional de Madrid de apartar de su ministerio en la barriada de San Blas a los curas Ambrosio, Gonzalo y Nino, por presiones del vicario episcopal.«Observamos con estupefacción cómo la jerarquía eclesiástica, siguiendo diferentes procederes, está yugulando todas aquellas comunidades cristianas que trabajan en los sectores más populares y pobres de nuestra sociedad, bajo el pretexto de que su forma de acción no se conforma con la línea evangeliz...

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Veinticuatro religiosos y religiosas dominicos enviaron un escrito a su vicario provincial, en el que califican de inaceptable la decisión del Consejo Regional de Madrid de apartar de su ministerio en la barriada de San Blas a los curas Ambrosio, Gonzalo y Nino, por presiones del vicario episcopal.«Observamos con estupefacción cómo la jerarquía eclesiástica, siguiendo diferentes procederes, está yugulando todas aquellas comunidades cristianas que trabajan en los sectores más populares y pobres de nuestra sociedad, bajo el pretexto de que su forma de acción no se conforma con la línea evangelizadora de la jerarquía.»

Los dominicos valencianos recuerdan a su superior que es su deber fomentar comunidades que den testimonio de los valores evangélicos y defenderlas cuando se encuentren en situación de desvalimiento ante las autoridades civiles y religiosas. «Según nuestras leyes», afirman más adelante, «los obispos no pueden obligar a nuestros superiores a apartar de una comunidad dominicana a ningún religioso, aunque se le releve de las funciones parroquiales.»

Con tal motivo se dirigieron también al arzobispo de Valencia, lamentando que «el ministerio episcopal, en lugar de impulsar la evangelización al mundo obrero, sea tan frecuentemente represor del Impulso evangelizador que tantos sacerdotes y religiosos tienen, y demuestre tanta dificultad de comunión con el pueblo». La protesta de los veinticuatro dominicos reclama de la jerarquía episcopal que «interceda para que estos métodos sofisticados de expresar la voluntad de la jerarquía se conviertan en un diálogo y una crítica mutua».

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