Seis ciudadanos de países socialistas, expulsados de Costa Rica

La expulsión de seis naturales de países socialistas, acusados de instigar a obreros costarricenses a la huelga, ha confirmado la existencia de una grave psicosis de subversión en las autoridades de Costa Rica, impotentes ante la firmeza de trabajadores de empresas agrícolas ligadas a multinacionales norteamericanas. El propio presidente del país, Rodrigo Carazo, acusó, a principios de esta semana, a la Unión Soviética de inspirar el movimiento huelguístico de la Standard Fruit, que ya dura veinticuatro días.Los expulsados son tres cubanos, un soviético, un búlgaro y un yugoslavo. Las autorida...

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La expulsión de seis naturales de países socialistas, acusados de instigar a obreros costarricenses a la huelga, ha confirmado la existencia de una grave psicosis de subversión en las autoridades de Costa Rica, impotentes ante la firmeza de trabajadores de empresas agrícolas ligadas a multinacionales norteamericanas. El propio presidente del país, Rodrigo Carazo, acusó, a principios de esta semana, a la Unión Soviética de inspirar el movimiento huelguístico de la Standard Fruit, que ya dura veinticuatro días.Los expulsados son tres cubanos, un soviético, un búlgaro y un yugoslavo. Las autoridades de San José usaron leyes inmigratorias como apoyo jurídico a la medida explicaron que ninguno de los seis «agentes comunistas» estaba relacionado con sus respectivas embajadas.

El Gobierno de Carazo no ha sido capaz de resolver la grave crisis económica que sufre el país por la inflación y el alto coste de los derivados del 'petróleo'. Días atrás, el presidente de Costa Rica envió una carta a sus colegas de Venezuela y México, en la que pedía a ambos países «precios preferenciales» en sus ventas de crudo a las naciones pobres si se quería evitar un verdadero cataclismo.

Rodrigo Carazo parece haber perdido incluso el apoyo de amplios sectores del empresariado, que le ayudó a conseguir la victoria en las elecciones de 1978. Luis Alberto Monje, el candidato derrotado en aquella ocasión, declaró recientemente que habla escuchado comentarios en dichos sectores conservadores de que era necesario, «a toda costa, desplazar a Carazo del poder». Estos hechos son insólitos en Costa Rica, país que goza de amplia fama como nación democrática y respetuosa de las libertades.

Los 15.000 trabajadores que se hallan en huelga han asegurado que no volverán a su trabajo mientras no sean atendidas sus demandas de reducción de la jornada laboral. Estibadores del puerto de Limón han amenazado con solidarizarse con sus compañeros.

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