Veinte millones de tarjetas navideñas, para los rehenes

Estados Unidos celebró ayer un «día patriótico» en recuerdo de los cincuenta rehenes de su embajada en Teherán, de los que existen muy pocas esperanzas que vayan a poder pasar las próximas Navidades libres y en su país.En éste día especial, decretado por el presidente Carter, las campanas sonaron en las iglesias frecuentemente, millones de hogares se adornaron con banderas y, en las escuelas, los niños se dedicaron a fabricar tarjetas navideñas para enviarlas a los rehenes en Irán.

El volumen de correo que está partiendo de Estados Unidos en dirección a Irán es tal que la oficina federa...

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Estados Unidos celebró ayer un «día patriótico» en recuerdo de los cincuenta rehenes de su embajada en Teherán, de los que existen muy pocas esperanzas que vayan a poder pasar las próximas Navidades libres y en su país.En éste día especial, decretado por el presidente Carter, las campanas sonaron en las iglesias frecuentemente, millones de hogares se adornaron con banderas y, en las escuelas, los niños se dedicaron a fabricar tarjetas navideñas para enviarlas a los rehenes en Irán.

El volumen de correo que está partiendo de Estados Unidos en dirección a Irán es tal que la oficina federal de Correos estimó que antes de que llegue la Navidad se enviarán unos veinte millones de tarjetas a los rehenes.

«Estamos recogiendo más christmas para los rehenes que cartas para Santa Claus», comentó un cartero de Nueva York.

Muchas de las tarjetas están fabricadas y escritas por niños, a veces con faltas de ortografía. Los Santa Clauss que se sientan en sus tronos de los grandes almacenes afirman, que muchos de los niños que se les acercan para pedirles sus regalos les susurran al oído que, además de un tren o una muñeca, quieren la libertad de los rehenes de Irán.

Según las gestiones realizadas por periodistas norteamericanos en Irán, los estudiantes que mantienen prisioneros a los rehenes aceptaron ya entregar a éstos las primeras 5.000 felicitaciones de Navidad recibidas.

Pero los estudiantes revolucionarios se negaron a hacer pasar a los rehenes los regalos que les llegan por correo de Estados Unidos: desde pasteles de Navidad a fguras de nacimiento y saquitos con tierra de sus pueblos.

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En Nueva York, la alcaldía colocó una bandera de las barras y estrellas, de treinta metros de altura, sobre el puente George Washington, que une a Manhattan con New Jersey, y decretó que la bandera se quedara colocada hasta que los rehenes alcancen la libertad.

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