Es inminente la entrada de Reanult en la sociedad sueca Volvo

Las empresas Volvo y Renault reconocieron hoy en un comunicado conjunto que las negociaciones tendentes a la creación de una empresa conjunta para la fabricación de automóviles entraron en su fase decisiva y se espera que el próximo miércoles podrán dar a conocer los términos definitivos del acuerdo.

Esta es la tercera tentativa de la más poderosa compañía de Suecia para establecer un programa de fabricación con otras empresas del lector u otros socios. La primera fue un proyecto de fusión con la Saab Scania en 1977, y la segunda este año con el Estado noruego. En esta última, Volvo er...

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Las empresas Volvo y Renault reconocieron hoy en un comunicado conjunto que las negociaciones tendentes a la creación de una empresa conjunta para la fabricación de automóviles entraron en su fase decisiva y se espera que el próximo miércoles podrán dar a conocer los términos definitivos del acuerdo.

Esta es la tercera tentativa de la más poderosa compañía de Suecia para establecer un programa de fabricación con otras empresas del lector u otros socios. La primera fue un proyecto de fusión con la Saab Scania en 1977, y la segunda este año con el Estado noruego. En esta última, Volvo era en realidad el eje de un acuerdo de cooperación entre ambos países, Suecia y Noruega. A cambio de una participación del 40% de las acciones, Volvo recibía 950 millones de coronas (unos 14.000 millones de pesetas) y el derecho a crear su propia empresa petrolera con atribuciones de prospección y explotación en la zona noruega del mar del Norte. Asimismo se creaba en Noruega una empresa para la fabricación de un modelo de automóvil económico.El proceso fracasó en el último momento por la oposición del grupo Wallenberg. Para ser aprobado el acuerdo necesitaba contar con dos tercios de los votos de los accionistas. El mecanismo utilizado para impedir el acuerdo fue influir sobre los pequeños accionistas de Volvo, que plantearon su negativa.

Este hecho provocó una verdadera conmoción en Suecia, particularmente en los medios económicos.

La inversión total prevista de Renault en Volvo se aproxima a los trescientos millones de coronas, de los cuales la mitad se harán efectivas en el momento en que una vez firmado se inicie la puesta en práctica del acuerdo. Volvo creará una nueva empresa que atenderá el sector relacionado con la fabricación de automóviles de bajo consumo de combustible. En dicha compañía, Renault tendrá una participación del 9,9% de las acciones, porcentaje que se irá incrementando en el transcurso de los próximos años hasta alcanzar un 20%. El acuerdo permitirá a la empresa sueca utilizar la tecnología Renault. Se establece asimismo que Renault colaborará en la solución de problemas financieros que puedan presentarse a Volvo. Las investigaciones de mercado hechas por Volvo recientemente han mostrado que el próximo modelo deberá tener tracción delantera, y es precisamente en este aspecto donde Renault puede ofrecer una tecnología de alta competencia de la que no dispone Volvo.

La concentración operada en los últimos años en la industria automotriz a escala mundial explica que Volvo, a pesar de ser la empresa sueca más poderosa, no pueda encarar por sí sola la producción de futuros modelos de automóvil. Sus recursos técnicos, económicos y humanos no son suficientes para ello, y de esto hay consenso tanto en la dirección de Volvo como en el Gobierno sueco y también en los sindicatos.

Renault y Volvo mantienen, junto con Peugeot-Citroën, una planta de fabricación de motores de seis cilindros que utilizan varios modelos de las tres firmas.

Representantes de Renault en París confirmaron al corresponsal de este periódico en la capital francesa la existencia de negociaciones con la empresa sueca, así como el contenido de las mismas.

Renault buscaría con este acuerdo con Volvo reagrupar y fortalecer la industria europea del automóvil ante el inminente acoso comercial que se le avecina desde Oriente -los coches japoneses- y Occidente -los coches americanos, que tenderán a parecerse a los del resto del mundo una vez que las medidas anticonsumo de la Administración norteamericana entren plenamente en vigor.

Según los expertos, será precisa una producción mínima de dos millones de unidades para afrontar el próximo futuro. Renault fabricará este año algo más de 1.900.000 vehículos, con una cifra de negocio próxima a 30.000 millones de francos franceses (unos 500.000 millones de pesetas).

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