No habrá alto el fuego en el Sahara sin garantías de retirada marroquíes

El Frente Polisario, a través de sendas declaraciones hechas en Liberia y Benin por su secretario general, ha subrayado que un alto el fuego en el Sahara occidental es un aspecto que forma parte de un conjunto de condiciones, y que no puede ser tratado por separado, dando así a entender que los independentistas no aceptarían interrumpir su actividad militar sin obtener garantías sobre una retirada de tropas marroquíes, aspecto este harto hipotético.Tras la resolución aprobada en Monrovia por el comité especial de la OUA sobre el Sahara occidental, calificada de «positiva» por el presidente de ...

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El Frente Polisario, a través de sendas declaraciones hechas en Liberia y Benin por su secretario general, ha subrayado que un alto el fuego en el Sahara occidental es un aspecto que forma parte de un conjunto de condiciones, y que no puede ser tratado por separado, dando así a entender que los independentistas no aceptarían interrumpir su actividad militar sin obtener garantías sobre una retirada de tropas marroquíes, aspecto este harto hipotético.Tras la resolución aprobada en Monrovia por el comité especial de la OUA sobre el Sahara occidental, calificada de «positiva» por el presidente de Argelia, Chadli Bendjedid, el conflicto entra de nuevo en una delicada fase diplomática. En Argelia se tiene la impresión de que se ha debilitado la posición personal de Hassan II ante la Administración norteamericana, relacionándolo con el rechazo del monarca alauita de sentarse a la misma mesa que el Polisario para negociar una salida pacífica a la crisis.

Según se desprende de fuentes diplomáticas habitualmente bien informadas, pocos días antes de iniciarse la minicumbre de Monrovia el balón se hallaba, realmente, «en el tejado argelino». El rey Hassan II había dado seguridades a la Administración Carter, en el sentido de que iría a Monrovia y, aceptaría una «mesa redonda» en compañía del presidente Chadli y de representantes de Mauritania y el Polisario.

Hassan II -aseguran esas fuentes- no reconocería la presencia del Polisario y sólo negociaría con el presidente argelino, pero el hecho de sentarse a la misma mesa entrañaba una concesión de peso hacia el frente saharaui.

El modelo de conferencia debía estar, por consejo de Estados Unidos, calcado de la célebre «mesa cuadrangular», en torno a la cual se reunieron en París norteamericanos y norvietnamitas junto a representantes de Saigón y del Frente de Liberación de Vietnam del Sur.

Aunque Hanoi consideraba entonces que se trataba de una «conferencia a cuatro» para dar credibilidad al Vietcong, y Washington sólo reconocía la presencia de Saigón y los vietnamitas del Norte, ello no fue obstáculo para que los trabajos de la conferencia se desarrollaran con normalidad.

La presencia de Hassan II en Monrovia estaba condicionada a la llegada a esa capital del presidente Chadli, y los argelinos no descontaban que si este último no se hallaba presente el régimen marroquí hubiera utilizado esa ausencia para desencadenar una campaña de prensa basada en la «buena fe» del monarca. Desde el instante en que éste accedía al viaje y admitía «sin verlo» al Polisario, la ausencia del dirigente argelino hubiera justificado una ulterior retirada de Hassan II.

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Algunos diplomáticos árabes consideraron entonces que, si se hubiera materializado esa eventualidad, ello habría servido al menos para «visualizar el grado de dependencia» del Polisario hacia Argel, en la medida en que se suponía que, incluso sin Chadli, el frente saharaui hubiera delegado o mantenido su representante a la reunión del comité de la OUA.

Este escenario, a pesar de haber sido ya rebasado ampliamente por los acontecimientos, merece ser recordado para desgajar la línea de acción que se ha trazado, en apariencia, la dirección argelina, y que sigue consistiendo en no formular nunca anuncios intempestivos de previsiones y, llegado el momento. participar, incluso al más alto nivel, a las instancias nombradas por la OUA, entendiendo que esto consolida la tesis de que el conflicto no es un problema bilateral entre Argelia y Marruecos.

Los resultados de la pequeña cumbre de Monrovia satisfacen a los argelinos, quienes consideran que la negativa de Rabat a aceptar la resolución aprobada llevará a Marruecos: ineluctablemente, a formar parte del campo integrado por Israel y Africa del Sur, países tradicionalmente reacios a admitir las decisiones de organismos internacionales.

Plan de Hassan II

Por su parte, el rey Hassan II de Marruecos anunció que tiene un plan de paz para el Sahara que dará sus frutos el año próximo, cuando termine la lucha de sus tropas con el Frente Polisario, informa la agencia Efe desde Washington.

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