El Estatuto de los Trabajadores y los autobuses

Soy un ciudadano de Getafe que trabajo en Madrid. El jueves, día 29, al ir a coger al autobús, he aquí mi sorpresa, por no decir cabreo, que llego a las seis y veinte de la mañana a la parada y me dicen unos policías que no hay transporte, que hay, huelga de seis a ocho.He sabido, por fin, que la huelga era promovida por CCOO para defender el Estatuto de los Trabajadores. Fin muy loable, pero a costa de perjudicar al currante.

En resumen, he sacado las siguientes conclusiones:

1. La huelga era totalmente desconocida por la mayor parte de los trabajadores.

2. Yo, como tanto...

Soy un ciudadano de Getafe que trabajo en Madrid. El jueves, día 29, al ir a coger al autobús, he aquí mi sorpresa, por no decir cabreo, que llego a las seis y veinte de la mañana a la parada y me dicen unos policías que no hay transporte, que hay, huelga de seis a ocho.He sabido, por fin, que la huelga era promovida por CCOO para defender el Estatuto de los Trabajadores. Fin muy loable, pero a costa de perjudicar al currante.

En resumen, he sacado las siguientes conclusiones:

1. La huelga era totalmente desconocida por la mayor parte de los trabajadores.

2. Yo, como tantos otros, me dirijo a la parada del autobús a las seis y veinte y me dicen que no hay transporte hasta las ocho... (Coges un cabreo de mono por el madrugón inútil y me vuelvo a introducir en el sobre.)

3. Vuelves a las ocho y ves que la parada está abarrotada cual hormiguero.

4. Viene un bus, entra la gente a saqueo por todas las puertas; se tiran a los asientos como lobos, y los restantes se conforman con la opresión contra los demás viajeros.

5. El viaje es largo y, al ir apretado al máximo, un anónimo se cuescó. El jumeo, insoportable.

6. Llegas tarde al trabajo, y si la empresa no quiere saber nada de «tus» problemas, te descuentan el sueldo.