Cartas al director

La clave de la guerra civil

Me gustaría dar un poco de luz a los telespectadores que el pasado sábado 24 tuvieron la suerte y oportunidad de ver en TVE el gran programa llamado La clave. Y, al niÍsmo tiempo, informar, de paso, al coronel del Ejército del Aire don Ramón Salas Larrazábal sobre el general don Miguel Núñez de Prado.Según H. Tomas, página 250, volumen 1, Grijalbo, 1976, dice «Fue enviado por Casares Quiroga a Zaragoza para intentar llegar a un compromiso con el general Cabanellas, que mandaba la quinta división. Le propone a éste un cambio inmediato de ministerio, que hará innecesario el alzamiento. A ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Me gustaría dar un poco de luz a los telespectadores que el pasado sábado 24 tuvieron la suerte y oportunidad de ver en TVE el gran programa llamado La clave. Y, al niÍsmo tiempo, informar, de paso, al coronel del Ejército del Aire don Ramón Salas Larrazábal sobre el general don Miguel Núñez de Prado.Según H. Tomas, página 250, volumen 1, Grijalbo, 1976, dice «Fue enviado por Casares Quiroga a Zaragoza para intentar llegar a un compromiso con el general Cabanellas, que mandaba la quinta división. Le propone a éste un cambio inmediato de ministerio, que hará innecesario el alzamiento. A Irsar de esto, fue arrestado y fusilado con su ayudante. » Continúa Thomas: «Republicano convencido, telefoneaba a los aeródromos para asegurarse que los aviadores republicanos estuviesen alerta. Sólo dejó de contestar Melilla, donde el comandante, capitán Bermúdez Reina, ya había sido fusilado.»

En versión de Zugazagoitia (Guerra y vicisitudes de los españoles, Grijalbo, 1977. J. Zugazagoitia). dice: «Cabanellas, antiguo republicano, había encabezado en Zaragoza la rebelión. Núñez de Prado, de absoluta confianza, fue enviado de Madrid a Zaragoza con la esperanza de que, influyendo en el republicanismo de su colega Cabanellas, consiguiese sofocar la cuartelada. Llegó a Zaragoza en avión y se presentó a Cabanellas, que lo recibió normalmente, comunicándole que quedaba detenido.»

Retenido en rehenes durante los primeros días, fue fusilado. Pero en los días que su muerte era incierta, su mujer llamó a Zugazagoitia al periódico para reprocharle el enviar a su marido a una plaza sublevada. Su deseo era hablar con Prieto, íntimo amigo de su marido.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Puede verse también G. Jackson (La España republicana, Grijalbo 1976, página 182) y las memorias de don M. Azaña y don N. Alcalá Zamora sobre la honradez de este general que fuefusilado, y lo cual no es ningún misterio ni enigma, segun nos ha querido hacer ver el coronel historiador señor Salas Larrazábal.

Archivado En