Racionamiento de gasolina

Nosostros, los representantes de comercio, vendedores a comisión, agentes comerciales, nos vemos en la amarga circunstancia de que se limiten nuestras posibilidades de trabajo al limitar el número de gasolina que podemos consumir en un mes a cien litros. Lo mismo que el que utiliza su coche para ir a la oficina, pasear o cualquier otra ocupación, todas ellas respetables, por supuesto, pero no equiparables al uso que nosotros hacemos del automóvil, vital para desarrollar nuestro trabajo, ya que debemos desplazarnos continuamente portando grandes muestrarios para visitar a nuestros clientes. El...

Nosostros, los representantes de comercio, vendedores a comisión, agentes comerciales, nos vemos en la amarga circunstancia de que se limiten nuestras posibilidades de trabajo al limitar el número de gasolina que podemos consumir en un mes a cien litros. Lo mismo que el que utiliza su coche para ir a la oficina, pasear o cualquier otra ocupación, todas ellas respetables, por supuesto, pero no equiparables al uso que nosotros hacemos del automóvil, vital para desarrollar nuestro trabajo, ya que debemos desplazarnos continuamente portando grandes muestrarios para visitar a nuestros clientes. El automóvil y su uso es para nosotros la más importante herramienta de trabajo de que disponemos, y yo diría que exclusivamente la única.Vamos a olvidarnos momentáneamente de los impuestos que por el uso de esta herramienta nos vemos obligados a pagar como cualquier otro ciudadano para el cual su uso no es imprescindible y de que, hasta el momento, no hayamos encontrado posibilidad alguna de obtener algún descuento en el combustible o la autorización para la utilización de otros no habitualmente permitidos, pero, por favor, limitar nuestro trabajo es abocar a un notable grupo de profesionales de la venta a una difícil situación y los responsables de los asuntos económicos deben tenerlo en cuenta.