La emisión del Banco de Crédito a la Construcción, ampliada a 6.000 millones

La emisión de obligaciones del Banco de Crédito a la Construcción, cuyo plazo de suscripción concluyó el pasado día 21 de noviembre, se ha ampliado, de los 4.000 millones previstos inicialmente, a 6.000 millones, según resolución adoptada por el Gobierno en el Consejo de Ministros del pasado viernes. La ampliación del volumen de emisión se ha producido como consecuencia de la fuerte demanda de los títulos en el mercado. Durante los veinte días preceptivos de plazo para la suscripción se totalizaron más de 6.500 millones de pesetas de demanda, repartidas entre más de 15.000 potenciales suscript...

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La emisión de obligaciones del Banco de Crédito a la Construcción, cuyo plazo de suscripción concluyó el pasado día 21 de noviembre, se ha ampliado, de los 4.000 millones previstos inicialmente, a 6.000 millones, según resolución adoptada por el Gobierno en el Consejo de Ministros del pasado viernes. La ampliación del volumen de emisión se ha producido como consecuencia de la fuerte demanda de los títulos en el mercado. Durante los veinte días preceptivos de plazo para la suscripción se totalizaron más de 6.500 millones de pesetas de demanda, repartidas entre más de 15.000 potenciales suscriptores, según han señalado fuentes solventes, entre los cuales predominan personas físicas.La emisión del Banco de Crédito a la Construcción cierra las apelaciones del crédito oficial al mercado de renta fija durante el presente año. Las condiciones de esta emisión señalaban una amortización a una plazo de tres años y un interés del 13% anual.

La favorable acogida de la emisión del BCC, que sigue a la de otras emisiones de renta fija -Renfe es el otro ejemplo más claro-, ha causado una cierta sorpresa en algunos medios financieros, empeñados en negar la existencia de la predisposición favorable de los inversores a la adquisición de este tipo de valores. Otros medios, defensores en mayor medida de la potenciación de un mercado de renta fija como alternativa inversora a la prolongada atonía del mercado bursátil de renta variable, indican que las instituciones financieras -especialmente la banca privada- contemplan, con recelo, la creciente demanda de los títulos de renta fija, toda vez que ello supone una captación de recursos alternativa y hasta más atractiva que los depósitos a plazo, por las condiciones que se ofrecen.

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