"No tenemos interés en que los emigrantes, salgan del país"

El ministerio holandés encargado de la cooperación con los traba jadores extranjeros inició hace un año un programa con el que se pretende ayudar a las iniciativas de los emigrantes para regresar sus países.«Es importante dejar bien claro que esto no se trata de una política activa de repatriación de trabajadores extranjeros», declaró a EL PAÍS el señor Minderhaut, encargado de relacione laborales en la embajada de Holanda en Madrid. «Estas ayudas no se otorgan porque exista un interés por nuestra parte en que los emigrantes salgan del país; es más, en el caso concreto que nos ocupa, las empre...

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El ministerio holandés encargado de la cooperación con los traba jadores extranjeros inició hace un año un programa con el que se pretende ayudar a las iniciativas de los emigrantes para regresar sus países.«Es importante dejar bien claro que esto no se trata de una política activa de repatriación de trabajadores extranjeros», declaró a EL PAÍS el señor Minderhaut, encargado de relacione laborales en la embajada de Holanda en Madrid. «Estas ayudas no se otorgan porque exista un interés por nuestra parte en que los emigrantes salgan del país; es más, en el caso concreto que nos ocupa, las empresas donde tra bajan estos españoles no han vis to con buenos ojos esta iniciativa, que les hace perder a unos cuantos trabajadores.»

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Para conseguir estas ayudas, los emigrantes no necesitan requisitos especiales, excepto los de demostrar su capacidad para sacar adelante el proyecto que proponen y que éste cree puestos de trabajo estables. Tampoco están delimitados el tipo de empleos que se pretenden crear. Lo mismo se puede obtener una ayuda para comprar tierras con fines agrícolas que para mantener un taller de mecánica. Las ayudas fluctúan entre 20.000 y 100.000 florines.

Ante la pregunta de si el Gobierno holandés se siente preocupado por la proximidad al parque nacional de Doñana de las tierras concedidas a los emigrantes, el señor Minderhaut contesta: «Los terrenos ofrecidos por el Iryda están realmente cerca de Doñana,y el patronato encargado de la conservación del mismo íeme una influencia negativa por parte de las instalaciones de la cooperativa La Pequeña Holanda. Yo he estado allí y no sé qué decir. Lo ideal es que los emigrantes se pudieran instalar un poco más lejos del parquey creo que eso se va a conseguir gracias a una permuta de terrenos entre el Icona y el Iryda, de manera que la mayor parte de la cooperativa quedaría en el margen derecho de la carretera que va desde el Rocío a la urbanización de Matalascañas. De todos modos, este conflicto debe resolverlo el Gobiemo español, nosotros no pensamos pronunciamos.

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