CANARIAS

Veteranos del Sahara piden un reconocimiento médico a fondo

Un numeroso grupo de ex soldados, compañeros de reemplazo y unidad en Villa Cisneros de los cuatro jóvenes que han fallecido en extrañas circunstancias en la isla de Lanzarote, trataron de penetrar en el cuartel militar de Arrecife para entrevistarse con los mandos, en relación a estas muertes, pero fueron rechazados por la Policía.Según manifestaron estos jóvenes, se dirigieron hacia el regimiento guiados de las palabras que les había dicho en su primer contacto el coronel García Escámez, jefe de la guarnición, «de que aquella era su casa y en cualquier momento estaban las puertas abiertas». ...

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Un numeroso grupo de ex soldados, compañeros de reemplazo y unidad en Villa Cisneros de los cuatro jóvenes que han fallecido en extrañas circunstancias en la isla de Lanzarote, trataron de penetrar en el cuartel militar de Arrecife para entrevistarse con los mandos, en relación a estas muertes, pero fueron rechazados por la Policía.Según manifestaron estos jóvenes, se dirigieron hacia el regimiento guiados de las palabras que les había dicho en su primer contacto el coronel García Escámez, jefe de la guarnición, «de que aquella era su casa y en cualquier momento estaban las puertas abiertas». No obstante, quizá por la creciente tensión y nerviosismo que se respira en esta isla, nada más hacer aparición los jóvenes frente al cuartel observaron la. presencia de un fuerte contingente de miembros de la Policía Nacional, que les impidieron la entrada al cuartel.

En el momento de ocurrir estos hechos, el coronel García Escámez no se encontraba en la isla de Lanzarote, a la cual regresó ayer mismo, pero se volvió a ausentar alegando que iba a Tenerife por motivos de un reconocimiento médico.

El comandante que le sustituye en el mando no ha querido saber nada del asunto y es prácticamente imposible contactar con él.

Por otro lado y por orden de las autoridades militares, el joven que se encuentra internado en la residencia sanitaria de la Seguridad Social aquejado del mismo mal que los anteriores, sólo puede recibir la visita de su esposa y de sus padres, estando absolutamente prohibida la entrada a cualquier otra persona.

Un grupo representativo de los cerca de doscientos jóvenes lanzaroteños que sirvieron en el Sahara durante el año 1975 han celebrado una conferencia de prensa para expresar su deseo de que se les practique un reconocimiento médico a fondo, así como para pedir la constitución de un tribunal médico, si es preciso, para dictaminar de una vez por todas cuál es el origen de la enfermedad que ha causado la muerte a sus cuatro compañeros. Uno de los afectados -ninguno ha querido dar su nombre, por causas obvias- afirmó que «a nadie se le esconde que tanto España como Marruecos tenían en el Sahara material radiactivo».

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