Tribuna:SPLEEN DE MADRID

El santoral

Cada día del año hay un robo religioso en España. En cada día del santoral nos roban un santo. Yo no creo que esto sea dejación de la Iglesia, sino delincuencia común y abundancia de nombres de oro en los altares de España Yrique zas celestiales en el calendario de cocina.Pero no sólo se nos va cada día un santo al cielo, sino que somos los ladrones de nosotros mismos y, como acaba de decir José Donoso:



-España roba a España.

Un cuadro, un santo, una ermita románica, una espada. El otro día denunciaba yo aquí la subasta de un Sorolla en Londres. Ya me ha escrito ...

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Cada día del año hay un robo religioso en España. En cada día del santoral nos roban un santo. Yo no creo que esto sea dejación de la Iglesia, sino delincuencia común y abundancia de nombres de oro en los altares de España Yrique zas celestiales en el calendario de cocina.Pero no sólo se nos va cada día un santo al cielo, sino que somos los ladrones de nosotros mismos y, como acaba de decir José Donoso:

-España roba a España.

Un cuadro, un santo, una ermita románica, una espada. El otro día denunciaba yo aquí la subasta de un Sorolla en Londres. Ya me ha escrito Edmund Peel, que lleva la cosa en Madrid:

-Muy hermosa su crónica.

Muy hermosa mi crónica, pero más hermoso es -me dice quien lo ha visto- el pequeño Sorolla que se subasta este mes en la pérfida Albión. Esta compraventa, este chamarileo del patrimonio artístico espiritual me parece a mí que se corresponde con la dejación que la derecha -tradicional usufructuaria- viene haciendo de sus deberes, derechos y cosas. La derecha ha perdido, fe en sí misma. Olarra y Sebastián Auger amenazan con la quiebra, o quiebran directamente. Han aprendido de Napoleón (de sus malos biógrafos), que una retirada a tiempo es una victoria. Una victoria sobre el obreraje que se queda en la calle. Ahora, a UCD y a toda España le roban un hombre: Rupérez.

No sólo la Iglesia pierde santos como el niño y el viejo pierden dientes, sino que al santoral desdentado de hoy mismo se corresponde la pérdida de santos laicos de izquierda, eso que Carrillo ha denunciado globalmente .como marginación del PCE en la política nacional. El 15/j se inaugura en España un santoral democrático en el que tienen culto, capilla u hornacina Fraga Iribarne, Llopis, Areilza, Dolores lbárruri, Felipe, Carrillo, Tierno y Carmen Díez de Rivera. En estos tres años, cada día nos han robado un santo. Y si no, hagan la cuenta. Cuenta que debiera terminar con la gestión /devolución de Rupérez.

A Fraga, que se revestía de centro-derecha, nos lo roban Donoso Cortés, Balmes, Fernández de la Mora, Vázquez de Mella y su propio afán de «hablar para los cuarteles». Felipe deja perder a Llopis por abajo y a Tierno por arriba. Son ermitas románicas de la España en fragmentos que nadie cuida ni salva. Más tarde, Felipe se dejaría robar a Marx del altar mayor de su santoral. Eso sí que fue un robo sacrílego. ¿Se dejará Suárez robar a Rupérez

El propio Fraga, con su trato duro, deja perder a Areilza en sus bosques genealógicos. Dolores Ibárruri porunapunta y Carmen Díez de Rivera por la otra (algunas tardes meriendan juntas), renuncian en buena medida a su papel de vírgenes, mártires, beatas o doncellas de la Iglesia roja.

Suárez se deja robar a Carrillo por las bases. Y se deja robar a Paco Ordóñez por la socialdemocracia. Morodo y González Seara se dejan robar por Suárez. Esto es la novela picaresca expli cada por Dámaso Alonso. Una gozada. Hasta acólitos, monacillos y prelados menores, como Camuñas, que tanta gracia e inocencia dieran a la curia democrática, han sido robados por la mano de raso de la noche, por Paula Pattier, por no se sabe. La democracia está muy diezmada, como el santoral. La democracia no es negociable: Rupérez, sí.

Aquí ya no queda más santo que Fontán, más beato que Luis Gordon (oficina prensa Opus), más virgen que Carmela García Moreno, ni otra mártir que Pilar Brabo ni otro confesor que Abril Martorell. El Patrimonio Artístico Democrático se ha deteriorado mucho en tres años, y el santoral de la libertad pierde un santo cada día por robo, descuido, marietta, parabellum, desencanto, dimisión o corrupción. Me dice Tugores, del PTE: «Muchos chicos de las islas, que vinieron conmigo a Madrid para funcionar en la Joven Guardia Roja, están hoy en las oficinas de prensa del Gobierno.» Tugores, he ahí el santo inocente de esta degollación. ¿Y Rupérez?

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