El impuesto «suntuario»

«Hay que decir, de entrada, que calificar de "suntuaria" la consumición de una cerveza o un café en una taberna de las afueras de una ciudad constituye una imprecisión técnica de escasos precedentes en nuestra legislación. No hay que olvidar, además, que la implantación del impuesto por decreto-ley -aunque ya existiese desde 1975, sin que fuera plenamente aplicado- es una prueba de imprevisión legislativa y de desafío a las posibles reacciones adversas.(...)Culpar a un impuesto del 5% del posible hundimiento de los pequeños establecimientos es intentar encubrir unos defectos estructurales que ...

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«Hay que decir, de entrada, que calificar de "suntuaria" la consumición de una cerveza o un café en una taberna de las afueras de una ciudad constituye una imprecisión técnica de escasos precedentes en nuestra legislación. No hay que olvidar, además, que la implantación del impuesto por decreto-ley -aunque ya existiese desde 1975, sin que fuera plenamente aplicado- es una prueba de imprevisión legislativa y de desafío a las posibles reacciones adversas.(...)Culpar a un impuesto del 5% del posible hundimiento de los pequeños establecimientos es intentar encubrir unos defectos estructurales que la proliferación y la atomización de locales han provocado. Un encarecimiento de cinco pesetas en una consumición de mil no puede esgrimirse como causa de una reduccíón de la demanda, por muy repercutible que sea el impuesto. Amenazar con el lock out o con pagar los impuestos demuestra, por otra parte, un desconocimiento enciclopédico de los cauces para tratamiento democrático de los problemas, cuando no una rebelión inadmisible frente a la ley y a los legítimos representantes de los partidos políticos que mayoritariamente han considerado aceptable el impuesto, su destino y el procedimiento empleado para su implantación.

Cuidadosamente han ocultado los hosteleros que el único problema que el impuesto les plantea es el de la dedicación de su personal al cálculo, recaudación, declaración y liquidación de las facturaciones, lo que indirectamente reduce las posibilidades de defraudación o evasión. Con sentido oportunista han puesto al consumidor como pantalla en lugar de como víctima; al coste de la vida como coartada en lugar de como resultante. ( ... )

En cualquier caso, la reacción de los hosteleros pretende ocultar su necesidad de muletas de desgravaciones, moratorias o indulgencias inadmisibles para subsistir en una economía de mercado y en una sociedad democrática en la que los impuestos, por mucho que nos duelan a todos, no pueden ser empleados como arma arrojadiza para defender situaciones indefendibles, de incapacidad, desorganización y rebelión injustificada, o justificada con argumentos ajenos al verdadero fondo de la cuestión. »

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8 de noviembre

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