Cartas al director

Infomación del Estado

Hay dos cosas que me han resultado muy graciosas en la referencia que da EL PAÍS del 9 de octubre a la rueda de prensa semanal del secretario de Estado para la Informacíón, Josep Meliá.La primera de ellas se refiere a la pregunta de un informador sobre si el origen de la campaña contra el presidente Suárez estaba en unas declaraciones del señor Fraga Iribarne. El secretario de Estado para la Información contestó: «No tengo nada que comentar; esto lo ha dicho usted.» Parece como si al señor Meliá le hubiera sentado mal esta pregunta y hubiera cogido un enfado aunque, a mi parecer, el fondo del ...

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Hay dos cosas que me han resultado muy graciosas en la referencia que da EL PAÍS del 9 de octubre a la rueda de prensa semanal del secretario de Estado para la Informacíón, Josep Meliá.La primera de ellas se refiere a la pregunta de un informador sobre si el origen de la campaña contra el presidente Suárez estaba en unas declaraciones del señor Fraga Iribarne. El secretario de Estado para la Información contestó: «No tengo nada que comentar; esto lo ha dicho usted.» Parece como si al señor Meliá le hubiera sentado mal esta pregunta y hubiera cogido un enfado aunque, a mi parecer, el fondo del asunto está en que al Gobierno de UCD te interesa dar cierta información que responde a sus intereses, y el resto, eludirla; por cierto, no muy hábilmente.

La otra cosa graciosa se refiere al intento de justificar el apoyo a la campaña electoral de la coalición portuguesa Alianza Democrática por parte de UCD -con el posible viaje del señor Suárez a Portugal-, mediante alusiones al apoyo del Partido Socialista portugués de Marío Soares al PSOE en las últimas elecciones. Esto es como el niño que le dice a su madre que quiere unos zapatos con adornos de metal porque se los ha visto a otro niño en el colegio. Por favor, señor Meliá y señores de UCD: si ustedes quieren apoyar a otros partidos de su misma línea ideológica y reforzar sus relaciones con los mismos, háganlo; están en su derecho y además lo encuentro justo y realista. Pero no intenten justificar -como he dicho al principio- sus acciones apoyándose en lo que hagan los demás. Porque, créanme, resulta bastante ridículo.

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