Estados Unidos podría ser asilo involuntario de terroristas

Estados Unidos podría convertirse en tierra de asilo involuntariamente y campo de acción de los terroristas internacionales, y el país esta mal preparado para combatirles, afirman dos investigadores norteamericanos.

En un libro titulado Terrorismo: amenaza, realidad y respuesta, Robert H. Kupperman, investigador de la Agencia Norteamericana para el Control de Armamento y Desarme (ADCA), y Darrel Trent, profesor de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, insiste en la «extrema vulnerabilidad» de las sociedades modernas.

«La red eléctrica, los sistemas de or...

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Estados Unidos podría convertirse en tierra de asilo involuntariamente y campo de acción de los terroristas internacionales, y el país esta mal preparado para combatirles, afirman dos investigadores norteamericanos.

En un libro titulado Terrorismo: amenaza, realidad y respuesta, Robert H. Kupperman, investigador de la Agencia Norteamericana para el Control de Armamento y Desarme (ADCA), y Darrel Trent, profesor de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, insiste en la «extrema vulnerabilidad» de las sociedades modernas.

«La red eléctrica, los sistemas de ordenadores, de alimentación de agua, los gaseoductos y los oleoductos y los sistemas de transporte aéreo son algunos de los objetivos más sensibles. La pérdida de uno de los componentes de cualquiera de ellos podría tener consecuencias catastróficas», añaden.

Las medidas muy estrictas, tomadas por ejemplo en Italia y en la República Federal de Alemania contra el terrorismo, pueden, si se ampliasen a toda Europa, provocar una emigración a Estados unidos de unos 3.000 terroristas internacionales pertenecientes a cincuenta grupos diferentes.

Estos terroristas, entrenados según los investigadores, en Cuba, Líbano, Libia y Corea del Norte, dotados con armas checas, apoyados también por Argelia, Libia, Irak, los países orientales y el KGB (espionaje soviético), son muy peligrosos. De ahí, según ellos, la necesidad de una cooperación internacional estrecha para seguirles el rastro, de servicios de información, incluso para disponer de redes de comunicaciones protegidas por satélites entre los estados mayores y los escalones más bajos de las fuerzas de intervención.

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