El presidente Suárez se entrevistará con Raymond Barre, en París, en la última, semana de noviembre

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, realizará en la última semana de noviembre una visita oficial a Francia de dos días de duración. Españoles y franceses parecen dispuestos a darle un alto relieve político a este desplazamiento del presidente Suárez, que viajará acompañado de varios ministros, y en el que la incorporación de España a la CEE, el terrorismo vasco, el Sahara y la cooperación bilateral serán temas claves de las conversaciones que el jefe del Gobierno español mantendrá en París con su homólogo, Raymond Barre, y posiblemente también con el presidente, Giscard d'Estaing.
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El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, realizará en la última semana de noviembre una visita oficial a Francia de dos días de duración. Españoles y franceses parecen dispuestos a darle un alto relieve político a este desplazamiento del presidente Suárez, que viajará acompañado de varios ministros, y en el que la incorporación de España a la CEE, el terrorismo vasco, el Sahara y la cooperación bilateral serán temas claves de las conversaciones que el jefe del Gobierno español mantendrá en París con su homólogo, Raymond Barre, y posiblemente también con el presidente, Giscard d'Estaing.

Con un año de retraso, el presidente Suárez responde a la invitación oficial que le hiciera el primer mandatario de Francia, Valery Giscard d'Estaing, para visitar París en fechas que, en un principio, se situaron en el final de 1978, y que fueron aplazadas una y otra vez por ambas partes y, especialmente, del lado hispano. Un retraso este que tuvo incluso momentos de tensión con motivo del viaje de Suárez a Argel, donde el presidente aludió en tonos fríos a la cooperación hispano-gala sobre el Sahara, lo que provocó una pública reprimenda del presidente Giscard d'Estaing, quien dijo: «El retraso de esta visita no favorece la negociación España-CEE.»Ahora, una y otra parte, España y Francia, están interesadas en que el desplazamiento presidencial sea un éxito, y para ello se ha iniciado una minuciosa preparación política y técnica del viaje que afecta a numerosos departamentos ministeriales de uno y otro país. Al jefe del Gobierno español le interesa renovar la imagen de una diplomacia europea. frente a las acusaciones tercermundistas y conseguir efectos publicitarios ante la opinión pública española. A Francia, al presidente Giscard d'Estaing, le interesa reforzar su política de apoyo al ingreso de España en la CEE para conseguir, así despegar a los socialistas de los comunistas, en aras, quizá, de una nueva mayoría giscardiana-socialista.

CEE y País Vasco

La cuestión comunitaria será, sin duda, uno de los puntos centrales de las conversaciones a celebrar en París. Durante su visita oficial a España, el presidente francés habló de la necesidad de establecer, bilateralmente, un inventario sobre los problemas que presenta para Francia la incorporación de España a las Comunidades Europeas. Esta iniciativa, que ha provocado recelos en los medios comunitarios de Bruselas, donde se recuerda que la negociación es multilateral, de CEE a España, como lo señalan los tratados comunitarios, está aún pendiente, y parece ser que se realizará de alguna manera más o menos informal, que no suscite los celos de Bruselas. Sobre todo, se trataría de establecer un inventario agrícola, lo que da pie para pensar que el ministro de Agricultura, Jaime Lamo de Espinosa, podría viajar en el séquito presidencial de Suárez a la capital francesa.

Los trabajos del llamado comité de notables de la CEE para el estudio de los efectos institucionales de la segunda ampliación de la Comunidad -en los que participa el francés Marjolín- también podrían ocupar un espacio de las conversaciones comunitarias, igual que el tema pesquero.

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Segunda cuestión de interés lo será, sin duda, el País Vasco. Para entonces se espera que el referéndum haya sancionado el nuevo Estatuto de Guernica y que Suárez y Barre analicen los posibles efectos políticos de la autonomía vasca a uno y otro lado de los Pirineos. Aunque, y casi como de costumbre, el capítulo sobre el terrorismo, refugiados políticos, ETA, etcétera, se espera que constituya el núcleo de este encuentro. Las medidas adoptadas sobre los refugiados vascos y la cooperación de las policías de España y Francia en la lucha contra ETA -la parte gala se queja de una cierta inoperancia hispana y la española de cautelosa cooperación gala- serán revisadas en búsqueda de una mayor eficacia.

En el plano internacional se espera que tanto en los niveles de jefe de Gobierno como de ministros de Asuntos Exteriores, los temas del Sahara, África negra y Oriente Próximo. Sobre el Sahara se cree que el momento sería propicio para una colaboración hispano-gala en el área, a la vista le los últimos acontecimientos políticos de la zona, en los que se incluyen la presencia en Argel de nuevos embajadores de París y Madrid.

En el plano económico persiste el tema del déficit comercial francés frente a las exportaciones españolas y se espera que se aborden distintos proyectos de cooperación como el Airbus, participación en los proyectos espaciales europeos, en tomo al cohete Arian, y en materia de centrales nucleares, cuestión esta en la que España parece haber declinado sus proyectos con Francia en favor de Estados Unidos.

Los viajes del presidente

Por último, hay que señalar que el relanzamiento del viaje del presidente Suárez a Francia, que ahora parece como definitivo, abre de nuevo la complicada agenda viajera del jefe del Gobierno español, sobrecargada por la reciente suspensión de su visita a Estados Unidos, Panamá, Costa Rica y Nicaragua. A estos desplazamientos, pendientes y retrasados por la crisis política española de finales de septiembre pasado, hay que añadir la visita programada para Colombia para el mes de noviembre, también, y el reciente anuncio oficial de la intención presidencial de realizar una nueva gira por las capitales de la CEE, que ha causado sorpresa en algunas cancillerías de la Europa comunitaria, donde no se tienen, por el momento, precisiones sobre el programa de dicha gira.

En medios diplomáticos españoles se afirma que la presidencia del Gobierno y el Ministerio de Asuntos Exteriores intentan aclarar la madeja de fechas pendientes, se señala que Bruselas podría ser la primera etapa europea y se recuerda también que para noviembre está prevista la llegada a Madrid del ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, con quien se cree que conversará Adolfo Suárez, y que para finales del presente mes está también pendiente la llegada a España del primer ministro holandés, señor Van Agt.

La interpretación oficial hispana sobre el nuevo periplo europeo del señor Suárez señala que servirá para reforzar el proceso de integración de España en la CEE y permitirá al presidente un contacto directo y periódico con los líderes europeos, según se estableció en la primera gira comunitaria que Adolfo Suárez realizó en el verano de 1977.

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