El Gobierno portugués intenta frenar la recesión económica

Las sombrías previsiones de la OCDE sobre la evolución de la economía portuguesa, ampliamente difundidas en la prensa portuguesa, sirven de tela de fondo al debate parlamentario sobre el pedido de autorizaciones legislativas, que inciden, en su inmensa mayoría, sobre medidas destinadas a enfrentar esta difícil situación.

Como lo anunció en su programa, el Gobierno quiere tomar algunas medidas concretas para obviar a los efectos excesivamente recesionistas de la política de austeridad. Dado el papel del sector público en el conjunto de la economía, el ejecutivo quiere disponer de un míni...

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Las sombrías previsiones de la OCDE sobre la evolución de la economía portuguesa, ampliamente difundidas en la prensa portuguesa, sirven de tela de fondo al debate parlamentario sobre el pedido de autorizaciones legislativas, que inciden, en su inmensa mayoría, sobre medidas destinadas a enfrentar esta difícil situación.

Como lo anunció en su programa, el Gobierno quiere tomar algunas medidas concretas para obviar a los efectos excesivamente recesionistas de la política de austeridad. Dado el papel del sector público en el conjunto de la economía, el ejecutivo quiere disponer de un mínimo de créditos para realizar las inversiones programadas y estimular otros proyectos en sectores prioritarios, ya que el congelamiento de los gastos públicos, debidos a la tardía aprobación de un presupuesto ya en sí muy reducido, amenaza directamente de asfixia sectores productivos tan vitales como el de la construcción. De ahí que, de las diecisiete propuestas de ley presentadas, ocho se relacionan, directa o indirectamente, con la obtención de nuevos créditos internos y externos, y siete, con alteraciones presupuestarias.A nivel internacional, el Gobierno se propone contraer nuevos préstamos del BIRD (solicita también poderes para realizar el ingreso de Portugal en este organismo internacional), de los Países Bajos y de la RFA y de aumentar el techo de las garantías del Estado para préstamos directos hasta 2,5 millones de dólares. A nivel interno prevé el lanzamiento de dos préstamos, uno a suscribir por las instituciones bancarias (para financiar el déficit presupuestario del Estado) y otro mediante suscripción pública de «bonos del Tesoro», para gastos de inversiones del sector público.

Socialistas, comunistas y socialdemócratas independientes aseguran de antemano la mayoría necesaria para la aprobación de este conjunto de pedidos, que cuenta con la oposición de los partidos de Alianza Democrática, que utilizarán como argumentos para negar su confianza a la política económica del Gobierno las sombrías previsiones incluidas en el informe de la OCDE. Según este organismo, el ritmo de crecimiento de la economía portuguesa debe registrar una nueva reducción en 1979, situándose alrededor del 256, frente al 3,2% del año pasado, y 5,5% de 1977. La inflación, que había sido del 22% en 1978, debe subir de nuevo hasta el 24%, aproximándose al nivel «récord» de 1977 (27%). A pesar de la mejoría de la balanza comercial y de los ingresos del turismo, el déficit de la balanza de pagos debe mantenerse a su nivel de 1978 (ochocientos millones de dólares).

Mozambique nacionaliza cinco empresas portuguesas

El Gobierno mozambiqueño ha emprendido una serie de medidas destinadas a asegurarse el control de los principales sectores de la economía. En el espacio de una semana han sido anunciadas cinco nacionalizaciones de empresas portuguesas: cuatro en el sector minero y una en la metalurgia. El motivo invocado es siempre el mismo: incompetencia de las administraciones y acusaciones de sabotaje económico.

El Gobierno portugués no ha adoptado todavía una posición oficial sobre el problema y a pesar de las presiones de la prensa de derecha no parece decidido a hacer nada que pueda comprometer el desead o restablecimiento de las relaciones plenas entre Portugal y Mozambique. Un grupo de presión formado por industriales portugueses interesados en los mercados de los nuevos países africanos está desarrollando una intensa campaña para que Portugal no despilfarre las buenas posibilidades de que dispone para conquistar posiciones sobre estos mercados.

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