El fuego siembra el pánico el País Valenciano

Más de 10.000 hectáreas calcinadas y la evacuación de numerosas urbanizaciones en Castellón y Valencia son el balance provisional de los diez incendios forestales que ha padecido el País Valenciano durante el fin de semana.

Apenas unas horas después de apagado el importante incendio de Sinarcas, en la parte norte de la provincia de Valencia, se declaraban nuevos focos en la sierra Calderona, Aleocebre y Villalonga el mismo sábado, y durante el domingo y lunes, en Borriol, Albocacer, Denifassa, Villahermosa, Lucena y Eslida. Una auténtica ola de fuego que ha desbordado completamente la c...

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Más de 10.000 hectáreas calcinadas y la evacuación de numerosas urbanizaciones en Castellón y Valencia son el balance provisional de los diez incendios forestales que ha padecido el País Valenciano durante el fin de semana.

Apenas unas horas después de apagado el importante incendio de Sinarcas, en la parte norte de la provincia de Valencia, se declaraban nuevos focos en la sierra Calderona, Aleocebre y Villalonga el mismo sábado, y durante el domingo y lunes, en Borriol, Albocacer, Denifassa, Villahermosa, Lucena y Eslida. Una auténtica ola de fuego que ha desbordado completamente la capacidad de los servicios de extinción oficiales y que ha provocado no pocas escenas de pánicoDestacan, por su magnitud y peligro, los incendios de Alcofebre, en Castellón, donde tuvieron que ser evacuadas más de 10.000 personas y son varios los chalés destruidos por el fuego. En la sierra Calderona, donde, aún a falta del balance oficial, se sabe ya de numerosas casas de campo afectadas por el fuego y donde también fueron desalojadas varia urbanizaciones. La población de Segart quedó rodeada por las llamas y hubo que recurrir a los hidroaviones para impedir la destrucción del casco urbano. Algunos excursionistas acampados en el centro de las zonas de bosque fueron guiados por la aviación, en colaboración con radioaficionados locales. Vecinos y veraneantes tuvieron que hacerse cargo de las tareas de extinción, ante la insuficiencia de medios materiales y humanos que sufría el organismo estatal Icona. En los trabajos de extinción han participado también fuerzas del Ejército y Guardia Civil; la Cruz Roja colaboró en la, evacuación.

Estupor oficial

El ministro de Agricultura, señor Lamo de Espinosa, que se encontraba pasando un periodo de descanso, se trasladó a Castellón para dirigir, en compañía del jefe del Icona, los trabajos de extinción. Nadie es capaz de explicarse esta ola de fuego, que se produce simultáneamente en varios puntos a la vez, y que, por su imprevisible gravedad, no hay manera de mantener bajo control. El mismo sábado, el Icona facilitaba un lacónico mensaje de impotencia al reconocer que se desconocían la importancia y alcance de los fuegos y que todos ellos estaban sin control. Sólo los pilotos de los aviones tenían una idea más o menos clara de la situación, pero sólo se disponía de cinco aparatos del 404 escuadrón del Ejército del Aire y varias avionetas de fumigación, que veían dificultada su labor por el humo y el viento.

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Fuego inexplicable

Aunque hay visos de que algunos de estos incendios podrían ser provocados, nadie es capaz de explicarse los móviles o fines que puedan tener los incendiarios, que parece van a buscar las pocas manchas de bosque que van quedando en el País Valenciano.

Durante el pasado año, la provincia de Castellón perdió el 50% de su superficie forestal, pero este año es todo el País Valenciano el que ha perdido en esta misma proporción.

Las consecuencias ecológicas son tan graves que no es posible formular seriamente cómo influirán en el conjunto de la economía valenciana. En este sentido, las pérdidas en madera pueden ser las menos importantes en comparación con el agotamiento de pozos y el aumento de la sequía.

A última hora de la tarde de ayer continuaban ardiendo los montes de la sierra Calderona, aunque el Icona da el siniestro por extinguido. En Castellón se incrementaba el incendio de Eslida, que afecta ya a los términos municipales de Alfondeguilla, Artana y Chovar; se había reproducido el fuego en Villafames y Puebla Tornesa, mientras las llamas del incendio iniciado en Albocacer amenazaban la población de Tirig.

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