Hacia la desaparición legal del nacionalcatolicismo

Los acuerdos parciales entre la Santa Sede y el Estado español, cuya ratificación por el Parlamento ha sido recomendada ayer por la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, fueron firmados en Roma, el día 3 del pasado mes de enero por el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y el secretario de Estado del Vaticano, monseñor Jean Villot.Los acuerdos, que sustituyen al Concordato firmado por el Estado franquista y la Santa Sede en 1953, se refieren a la personalidad jurídica de la Iglesia, a la ayuda económica del Estado, a la enseñanza, a asuntos culturales y a la asistenc...

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Los acuerdos parciales entre la Santa Sede y el Estado español, cuya ratificación por el Parlamento ha sido recomendada ayer por la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, fueron firmados en Roma, el día 3 del pasado mes de enero por el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y el secretario de Estado del Vaticano, monseñor Jean Villot.Los acuerdos, que sustituyen al Concordato firmado por el Estado franquista y la Santa Sede en 1953, se refieren a la personalidad jurídica de la Iglesia, a la ayuda económica del Estado, a la enseñanza, a asuntos culturales y a la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas y al servicio militar de los clérigos. La firma de los acuerdos fue acogida con satisfacción por los partidos políticos parlamentarios, ya que venían a significar la desaparición legal del nacionalcatolicismo, cuyo instrumento jurídico más significativo fue el Concordato de 1953, si bien el PCE y el PSOE no dejaron de exponer ciertas reservas a algunos aspectos concretos de los acuerdos firmados. Las opiniones más responsables, expuestas a raíz de la firma en la prensa española, vieron en los acuerdos un claro paso adelante en la regulación de las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado español, con un explícito reconocimiento de la independencia entre ambos poderes y de la libertad religiosa, reconociendo lo que la Constitución proclama sobre la no confesionalidad del Estado.

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La ratificación de los acuerdos se ha hecho esperar más de lo debido, si bien hay que tener en cuenta que, firmados el 3 de enero, cuando acababa de ser disuelto el Parlamento y de ser convocadas nuevas elecciones generales, pasaron casi tres meses antes de constituirse formalmente el nuevo Parlamento surgido de las elecciones.

Una vez constituido el nuevo Parlamento, tanto la Santa Sede como el Gobierno español han urgido que los acuerdos fueran ratificados por las fuerzas políticas parlamentarias.

En la víspera de la reunión de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, el Grupo parlamentario Comunista presentó dos propuestas de reserva sobre el reconocimiento del matrimonio canónico y sobre la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas y otras dos de no ratificación sobre la enseñanza y el impuesto religioso previsto en los acuerdos económicos. Las dos propuestas de reserva fueron retiradas finalmente por el Grupo parlamentario Comunista, tras aclarar los representantes del partido del Gobierno el alcance exacto del reconocimiento del matrimonio canónico a efectos civiles y de la asistencia religiosa en las Fuerzas Armadas, que nunca podrá vulnerar el derecho a la libertad religiosa. Tras la luz verde dada por la Comisión de Asuntos Exteriores, los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español sólo quedan pendientes de la ratificación del Pleno del Congreso.

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