Arquitectos franceses se oponen a un nuevo proyecto de Bofill

Ricardo Bofill, el arquitecto catalán creador del Taller de Arquitectura, por segunda vez en pocos meses es víctima de sus colegas franceses. Ahora se trata de un trabajo suyo destinado a la ciudad sureña de Montpellier.Los arquitectos de la región acaban de manifestar, en una rueda de prensa, que ofrecerle un proyecto importante al señor Bofill «puede ser interpretado por la opinión como una acusación oficial de incompetencia».

El asunto es el siguiente: al alcalde de Montpellier, Georges Freche, socialista, le ha encargado al arquitecto catalán una operación, en el centro de la ciudad...

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Ricardo Bofill, el arquitecto catalán creador del Taller de Arquitectura, por segunda vez en pocos meses es víctima de sus colegas franceses. Ahora se trata de un trabajo suyo destinado a la ciudad sureña de Montpellier.Los arquitectos de la región acaban de manifestar, en una rueda de prensa, que ofrecerle un proyecto importante al señor Bofill «puede ser interpretado por la opinión como una acusación oficial de incompetencia».

El asunto es el siguiente: al alcalde de Montpellier, Georges Freche, socialista, le ha encargado al arquitecto catalán una operación, en el centro de la ciudad, consistente en urbanizar veinticinco hectáreas. La municipalidad anterior, giscardiana, había concebido otro proyecto «desastroso», según los responsables actuales. Estos últimos desean «algo profundamente mediterráneo, adaptado a la ciudad, al clima, a su modo de vida y, al mismo tiempo, un conjunto social, ecológico y monumental ». Para ello entienden que el arquitecto apropiado es el señor Bofill.

Esta decisión ha chocado a los arquitectos locales, que, en otras razones (Bofill no tiene los títulos oficiales reglamentarios en Francia), han recordado a la opinión pública que la municipalidad actual había sido elegida sobre un programa que rezaba, «vivir y decidir en el país».

La primera maqueta será presentada en noviembre próximo y hasta entonces aún puede evolucionar el contencioso de manera inesperada. El año pasado, el arquitecto catalán, tras haber construido ya dos plantas de doscientas viviendas sociales, fue licenciado, también del centro de París «las antiguas «Halles» o mercado central de la capital francesa), por el alcalde, Jacques Chirac, a quien también apoyaban los arquitectos franceses. El fondo del problema, entonces, era esencialmente político. Tras ser elegido alcalde en 1977, el señor Chirac «usó» el antiguo vientre de París corno arma contra su hermano enemigo, Valery Giscard d'Estaing, para intentar hacerle ver a la opinión que el presidente no había sido capaz de resolver adecuadamente el delicado problema de la urbanización de este centro neurálgico de París.

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