Washington denuncia ejecuciones masivas en Afganistán
Más de 3.000 presos políticos han sido ejecutados en Afganistán por el régimen del presidente Noor Mohamed Taraki, informó ayer el Departamento de Estado en Washington.Varios miles de personas siguen detenidas en las superpobladas cárceles del país.
El presidente Taraki tomó el poder en abril de 1978, e implantó un régimen que cuenta con apoyo de la Unión Soviética.
Según las informaciones recibidas en Washington, los pelotones de ejecución fusilan cada noche de veinte a cincuenta personas opuestas al régimen, en la prisión de Pol-y-Charki, principal centro de detención de Kabul....
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Más de 3.000 presos políticos han sido ejecutados en Afganistán por el régimen del presidente Noor Mohamed Taraki, informó ayer el Departamento de Estado en Washington.Varios miles de personas siguen detenidas en las superpobladas cárceles del país.
El presidente Taraki tomó el poder en abril de 1978, e implantó un régimen que cuenta con apoyo de la Unión Soviética.
Según las informaciones recibidas en Washington, los pelotones de ejecución fusilan cada noche de veinte a cincuenta personas opuestas al régimen, en la prisión de Pol-y-Charki, principal centro de detención de Kabul.
Las víctimas son principalmente militares, dirigentes religiosos, terratenientes y antiguas personalidades políticas.
Sublevaciones
La situación general del país, han indicado otras fuentes oficiales, es muy tensa. Se combate en la mayoría de las provincias, de las que menos de la mitad están bajo control de las fuerzas gubernamentales.Viajeros procedentes de Afganistán declararon en Islamabad (Pakistán) que una importante sublevación ha estallado en la región de Panchir, a unos sesenta kilómetros al norte de Kabul.
Enconados combates tienen lugar en torno a la base aérea de Begram, afirman los viajeros. La base, la más importante de Afganistán, ha recibido importantes refuerzos de «asesores» soviéticos, cuyo número puede sobrepasar el millar.
En medios oficiales norteamericanos se cree que los soviéticos han podido aconsejar a éste que amplíe la base política, para descartar el peligro de enfrentamientos. Se cree también que han recomendado al Gobierno de Kabul que renuncie a sus purgas masivas.