Los partidos portugueses critican la decisión del presidente Eanes

¿Qué quiere el general Eanes?, se preguntan los partidos que apoyaron su candidatura en 1976. La solución adoptada por el jefe del Estado portugués para resolver la crisis política es criticada, por diversos motivos, por tres de los cuatro partidos parlamentarios.

El Partido Comunista es el único que, además de concordar con el discurso presidencial del pasado viernes, se muestra también dispuesto a colaborar «directa o indirectamente» a la rápida formación de un Gobierno que permita la posterior disolución del Parlamento. Más aún: el secretario general del PCP, Alvaro Cunhal, puso en g...

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¿Qué quiere el general Eanes?, se preguntan los partidos que apoyaron su candidatura en 1976. La solución adoptada por el jefe del Estado portugués para resolver la crisis política es criticada, por diversos motivos, por tres de los cuatro partidos parlamentarios.

El Partido Comunista es el único que, además de concordar con el discurso presidencial del pasado viernes, se muestra también dispuesto a colaborar «directa o indirectamente» a la rápida formación de un Gobierno que permita la posterior disolución del Parlamento. Más aún: el secretario general del PCP, Alvaro Cunhal, puso en guardia al Partido Socialista contra la tentación de votar contra el programa de un Gobierno «democrático» y declaró que su partido se opondría a todas las maniobras tendentes a inviabilizar la realización de elecciones intercaladas.Esta toma de posición pública del PCP deja sin objeto las preocupaciones manifestadas por el Partido Demócrata Cristiano acerca del proceso adoptado por el presidente Eanes. En un comunicado distribuido el domingo, después de una reunión de su dirección, el CDS protestaba contra el hecho de que la disolución del Parlamento quedara condicionada a la previa aprobación, por la Asamblea, del programa del Gabinete de gestión encargado de dirigir el país hasta las próximas elecciones. Para el CDS, al aceptar compartir sus poderes de disolución con el Parlamento, Eanes devuelve la iniciativa al Partido Socialista, al menos en lo que se refiere a la fijación de la fecha de los próximos comicios.

La Constitución portuguesa no permite la disolución del Parlamento inmediatamente después del rechazo del programa de gobierno. El Partido Socialista, que puede formar una mayoría absoluta con loscomunistas y los disidentes del PID, pero que dispone por sí solo de un número suficiente de votos para neutralizar el voto favorable de la alianza democrática, puede, en principio, obligar al presidente Eanes a designar tres Gobiernos sucesivos antes de que la disolución se haga obligatoria.

Es dudoso que el partido de Mario Soares lleve a la práctica el plan que le es atribuido por sus adversarios de derecha, pero lo cierto es que está en excelentes condiciones para negociar la formación de un Gobierno de su confianza.

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