Miles de niños son maltratados por sus padres en Gran Bretaña

Los niños ingleses son maltratados y torturados por sus padres en un porcentaje realmente estremecedor, según se desprende de un informe publicado por la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad a los Niños. El informe, hecho público precisamente cuando se celebra el Año Internacional del Niño, constituye un recuento de las actividades de la sociedad en los últimos doce meses y tiene por objeto alertar a la opinión pública sobre el incremento de la violencia paterna sobre las criaturas.

Por primera vez desde la constitución de la Sociedad Nacional para la Prevención de la...

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Los niños ingleses son maltratados y torturados por sus padres en un porcentaje realmente estremecedor, según se desprende de un informe publicado por la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad a los Niños. El informe, hecho público precisamente cuando se celebra el Año Internacional del Niño, constituye un recuento de las actividades de la sociedad en los últimos doce meses y tiene por objeto alertar a la opinión pública sobre el incremento de la violencia paterna sobre las criaturas.

Por primera vez desde la constitución de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad a los Niños, el informe va acompañado de fotografías verdaderamente estremecedoras, que constituyen un revulsivo para cualquier persona medianamente sensible.De acuerdo con las estadísticas de la NSPCC (National Society for the Prevention of Cruelty to Children), más de 40.000 niños en este país sufren «un trato que se puede calificar de bárbaro» por parte de sus padres. Y esta cifra no es más que una parte de un total cuyo alcance se desconoce, ya que la mayor parte de los casos de malos tratos registrados en el Reino Unido no son denunciados.

De los 40.000 niños maltratados o torturados, 5.000 tienen menos de dos años y 25.000 entre cinco y once años. «El trato bárbaro al que se somete a estas indefensas criaturas sería rechazado como parte de una historia de ficción si no existiesen las pruebas necesarias».

Hay que aclarar que los casos expuestos a la luz pública en el informe de la NSPCC no se refieren al clásico tortazo paterno, ni siquiera a una paliza ocasional. He aquí algunos ejemplos concretos del sadismo desplegado por algunos padres británicos: un niño de once años fue azotado por su padre con un alambre hasta quedar inconsciente por haber traído malas notas; una niña de dos años y medio, Emma, tuvo que ser atendida de quemaduras graves en las piernas y en el trasero después de que su madre la introdujera varias veces en una bañera de agua hirviendo. Otra niña de menos de dos años, Sarah, se ha pasado once meses en el hospital, después de que su padrastro la aplicase una estufa eléctrica encendida a las piernas. Otra presentaba todo el cuerpo lleno de agujeros, después de ser agredida varias veces con una aguja de hacer punto. Y así hasta el infinito.

Los especialistas y psicólogos de la NSPCC tratan de explicar estas monstruosidades en el desempleo que padecen multitud de familias y en la estrechez en que muchas de ellas se ven obligadas a vivir. Pero, a pesar de esto, el sadismo que revelan algunos de los casos va más allá de cualquier explicación.

La SNPCC ha iniciado una campaña a nivel nacional, bajo el lema de «Salve la vida a un niño». En ella se pide a parientes, vecinos y a alguno de los cónyuges que denuncien cualquier caso de malos tratos que conozcan. El riesgo de represalias es nulo, dice la sociedad, ya que es normal mantener las denuncias en el más completo anonimato.

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