Cartas al director

"El Pueblo Gallego"

Como ha trascendido a través de toda la prensa nacional pública y privada, el pasado día 16, por medio de un decreto-ley que recordaba inevitablemente los años del franquismo, eran cerrados seis periódicos del MCSE; es decir, eran privados de voz otros tantos órganos de expresión de los que, dígase lo que se diga, está tan necesitada la opinión pública del Estado español.Pero aquí, en Galicia, el cierre de El Pueblo Gallego, de Vigo, tuvo, si cabe, una mayor repercusión, Al hecho de ser el único periódico gallego de la cadena, la única posibilidad de prensa pública en Galicia, se unía l...

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Como ha trascendido a través de toda la prensa nacional pública y privada, el pasado día 16, por medio de un decreto-ley que recordaba inevitablemente los años del franquismo, eran cerrados seis periódicos del MCSE; es decir, eran privados de voz otros tantos órganos de expresión de los que, dígase lo que se diga, está tan necesitada la opinión pública del Estado español.Pero aquí, en Galicia, el cierre de El Pueblo Gallego, de Vigo, tuvo, si cabe, una mayor repercusión, Al hecho de ser el único periódico gallego de la cadena, la única posibilidad de prensa pública en Galicia, se unía la historia, cargada de datos, experiencias y actitudes galleguistas y progresistas, antes de que el diario fuera incautado por el ejército «nacional».

Ahora, desde hace dos años, El Pueblo Gallego, todos los que lo componemos y lo hacíamos posible, trabajábamos para lograr un medio abierto a cuantas actitudes, opiniones y fuerzas políticas comprende el abanico gallego. Todas estas expectativas, sin embargo, han sido cortadas por un hachazo brutal, por un decreto en el que lo único que se nos asegura es «un puesto de trabajo». Pero ¿y nuestra labor profesional, ese hacer un periodismo diario, veraz y objetivo, por el que tanto hemos luchado? Y todo esto no sólo referido a los redactores, sino a todos los trabajadores del periódico, que sentían El Pueblo Gallego como algo suyo y entrañable. Contesten a esto, señores de UCD.

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