Ayer fue clausurada la 65 Conferencia anual de la OIT

Después de tres semanas de intenso trabajo, ayer fue clausurada la 65 Conferencia Internacional del Trabajo, con la participación de los 139 Estados miembros de la OIT, representados a nivel de Gobiernos, trabajadores y empresarios. La Conferencia adoptó convenios y recomendaciones sobre la duración del trabajo y los períodos de descanso del sector laboral de los transportes por carretera y sobre la protección de los trabajadores portuarios.

Por otra parte, se allanó el camino a la adopción, el año próximo, de un instrumento que beneficiaría a quinientos millones de trabajadores de edad...

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Después de tres semanas de intenso trabajo, ayer fue clausurada la 65 Conferencia Internacional del Trabajo, con la participación de los 139 Estados miembros de la OIT, representados a nivel de Gobiernos, trabajadores y empresarios. La Conferencia adoptó convenios y recomendaciones sobre la duración del trabajo y los períodos de descanso del sector laboral de los transportes por carretera y sobre la protección de los trabajadores portuarios.

Por otra parte, se allanó el camino a la adopción, el año próximo, de un instrumento que beneficiaría a quinientos millones de trabajadores de edad madura. En el marco de las resoluciones, la Conferencia aprobó una que se refiere a los niños trabajadores, y otra, a los impedidos.El convenio y recomendación, tendente a reglamentar la duración del trabajo y los períodos de descanso de los trabajadores ocupados profesionalmente en el transporte por carretera, en lo sustancial fija en nueve horas diarias y cuarenta y ocho semanales la duración máxima de conducción, que podrá calcularse como promedio, y prevé una pausa obligatoria después de cuatro horas de conducción ininterrumpida, además de otras disposiciones horarias.

En el instrumento de recomendación sobre esta misma materia se contempla no sólo a los conductores, sino a sus acompañantes, ayudantes, cobradores, etcétera.

En cuanto a los trabajadores portuarios, la convención -la más larga adoptada desde la segunda guerra mundial en materia de seguridad e higiene del trabajo- contiene una serie de disposiciones técnicas y administrativas sobre prevención de los accidentes del trabajo y de las enfermedades profesionales a que están expuestos los trabajadores en ese sector laboral.

El convenio fija a la vez, en términos generales, objetivos a alcanzar y medidas técnicas referentes a las instalaciones en los muelles o a bordo (bodegas, puentes, escotillas).

Varias cláusulas de este convenio conciernen a la manipulación de cargas y sustancias potencialmente tóxicas o peligrosas, su acondicionamiento y almacenamiento. Contempla, asimismo, entre una larga lista de disposiciones, la creación de comisiones de seguridad integradas por representantes de los empleadores.

Sobre la discriminación de los trabajadores de edad madura, unos quinientos millones en el mundo, se aprobó un texto que abre el cauce a un futuro convenio en esa materia, que se refiere al disfrute de igualdad de oportunidades y de trato, en relación con cuestiones de la elección de empleo, la seguridad en los puestos de trabajo, remuneración y seguridad social. Al respecto, se insta a los Gobiernos a tomar medidas en cooperación con los empleadores y los trabajadores.

La resolución sobre los niños trabajadores se basa en una resolución del Año Internacional del Niño de las Naciones Unidas, haciendo hincapié en el hecho «deplorable de que el trabajo del niño siga estando todavía difundido en muchas partes del mundo y de que los niños que trabajan lo hacen frecuentemente en condiciones de explotación que perjudican su salud y bienestar». Se insta a los Gobiernos a que en tanto se llega a la eliminación total del trabajo infantil, se reglamente y humanice, a través de una legislación protectora que contemple el proporcionarles a los niños trabajadores educación obligatoria.

Finalmente, la Conferencia pasó revista al programa de acción adoptado por la Conferencia Mundial de Empleo de 1976. Reafirmó la urgencia de que se ponga en práctica dicho programa de acción, destacando que los criterios fundamentales del desarrollo deben ser «pleno empleo, desarrollo acelerado y equilibrio, satisfacción de las necesidades esenciales y normas, de distribución de los ingresos socialmente más justas».

La 65 Conferencia Internacional del Trabajo recibió como invitados de honor al Rey de España, don Juan Carlos, y al presidente de Colombia, Julio César Turbay Ayala. La intervención del Rey de España para los medios diplomáticos, pero también de representantes de trabajadores y empresarios, marcó un hito en los sesenta años de la OIT. No así la presencia del presidente colombiano, casi desapercibida.

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