El traslado del archivo de la guerra civil podría causar su dispersión

En un lugar inaccesible de Salamanca, custodiados por la Guardia Civil, se guardan los documentos de la principal tragedia de los españoles de este siglo: la guerra civil. Ultimamente se han lanzado rumores sobre la posible dispersión o traslado de esta riqueza histórica. María del Mar Róssell visitó este archivo.

La adscripción de los fondos del Archivo de Salamanca al Archivo Histórico Nacional y su catalogación por técnicos que los homologuen han sido, por el momento, las únicas decisiones adoptadas por el Ministerio de Cultura en relación con el archivo salmantino, en el que se encu...

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En un lugar inaccesible de Salamanca, custodiados por la Guardia Civil, se guardan los documentos de la principal tragedia de los españoles de este siglo: la guerra civil. Ultimamente se han lanzado rumores sobre la posible dispersión o traslado de esta riqueza histórica. María del Mar Róssell visitó este archivo.

La adscripción de los fondos del Archivo de Salamanca al Archivo Histórico Nacional y su catalogación por técnicos que los homologuen han sido, por el momento, las únicas decisiones adoptadas por el Ministerio de Cultura en relación con el archivo salmantino, en el que se encuentra un material imprescindible para el estudio de la guerra civil. Sin embargo, la opinión pública de Salamanca, encabezada por la Universidad, el Ayuntamiento y otros organismos y entidades, se ha movilizado para impedir su traslado a otra ciudad.El subdirector general de Archivos acudió a Salamanca para tranquilizar los ánimos. El traslado del archivo a otro lugar, dijo, no ha sido proyectado todavía. Pero no negó la posibilidad de que estos fondos abandonen en el futuro las dependencias del antiguo colegio de San Ambrosio, donde se conservaron durante los últimos cuarenta años.

Durante estos años, numerosos historiadores han pasado por sus salas para estudiar, precisamente, la guerra civil. Malefakis, Stanley Payne, Ricardo de la Cierva y otros muchos historiadores han utilizado los fondos para realizar sus investigaciones o sus tesis de doctorado. El trámite para acceder al archivo era bien simple: bastaba con solicitarlo directamente al secretario general de los Servicios Documentales de la Presidencia del Gobierno, director y catalogador del archivo, Pedro Ruiz Ulibarri, responsable directo de sus fondos desde su fundación, en 1938, tras resultar gravemente herido en el frente.

El Archivo inició su actividad en julio de aquel año, en plena guerra civil. A él llegaron sacas procedentes de toda España, en cuyo interior, sin orden alguno, se mezclaban documentos y papeles de entidades y organismos recogidos por las tropas franquistas a su entrada en cada localidad.

No se encuentran entre ellos archivos completos de ningún organismo ni, en contra de lo que se ha asegurado desde distintos medios, de la Generalidad de Cataluña. Sus fondos, de carácter eminentemente político y sindical, se dividen en secciones: masones, partidos políticos, centrales sindicales, etcétera.

Protesta general

Antes de que comenzaran a circular los rumores que hablaban sobre un posible traslado del Archivo de San Ambrosio a Madrid, el departamento de Historia Contemporánea de la Universidad había intentado impedir su definitiva salida de Salamanca."Desde entonces, los comunicados de partidos, asociaciones e instituciones no han cesado. Las razones se basan en la buena conservación de los fondos y en los riesgos del traslado. También han surgido acusaciones concretas, como las formuladas contra el director general de Archivos, señor Tusell, especialista en la guerra civil, y alejado de esta fuente de investigación por su obligada residencia en Madrid.Por su parte, el Ministerio arguye que los fondos no son exclusivamente salmantinos, y que sólo se pretende cumplir con unas disposiciones legales que surgen tras la desaparición de los servicios documentales de la Presidencia del Gobierno y la organización sin discriminaciones.

En Salamanca no sólo se ha hablado con certeza sobre la destrucción en años pasados de algunos documentos. También han circulado insistentes rumores sobre el expolio a que se ha visto sometido el archivo de San Ambrosio, cuyos fondos habrían engrosado bibliotecas particulares de algunos historiadores e investigadores del franquismo.

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