Cartas al director

Monopolio fotográfico

En estos días de comuniones y fiestas familiares se está poniendo en práctica un tipo de extorsión por parte de la compañía fotográfica Aulacolor, la cual parece tener el monopolio fotográfico de cualquier acto social que se celebre.Lo sucedido a mí personalmente es lo siguiente: el sábado día 12 del actual hace mi hijo su primera comunión en la iglesia de su colegio (Virgen de Europa. Las Lomas-Boadilla) y se nos recomienda muy encarecidamente, incluso por el sacerdote oficiante de la misa, que no se tomen fotografías ni se filme el acto para no distraer a los niños. Una vez terminada la cere...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En estos días de comuniones y fiestas familiares se está poniendo en práctica un tipo de extorsión por parte de la compañía fotográfica Aulacolor, la cual parece tener el monopolio fotográfico de cualquier acto social que se celebre.Lo sucedido a mí personalmente es lo siguiente: el sábado día 12 del actual hace mi hijo su primera comunión en la iglesia de su colegio (Virgen de Europa. Las Lomas-Boadilla) y se nos recomienda muy encarecidamente, incluso por el sacerdote oficiante de la misa, que no se tomen fotografías ni se filme el acto para no distraer a los niños. Una vez terminada la ceremonia, trasladan a los niños a un rincón de la iglesia, donde montan un decorado sui generis y una legión de fotógrafos de la empresa arriba citada toman todo tipo de planos a los niños, al tiempo que impiden el acceso a los padres. Finalizada su labor, toman la dirección de los pequeños, y a los dos o tres días se presenta en nuestro domicilio un empleado de Aulacolor con un álbum y una colección de diez o doce fotos, pidiendo por dicho trabajo 6.000 pesetas o, en su defecto, cada fotografía suelta al precio de quinientas pesetas. Como quiera que todo ello parece carísimo, pero tampoco quieres dejar de tener un recuerdo que a ti no te han permitido tomar, le selecciono tres fotos, y entonces dicen que no pueden vender menos de seis fotos. Conclusión: el señor se lleva sus fotos y álbum, y uno se queda con la pena de quedarse sin fotografías o tener que desembolsar un mínimo de 3.000 pesetas y coger un berrinche, pues te han atrapado en una argucia que no has pedido y, además, te privan de un recuerdo de tu hijo.

Supongo que mi caso no será único y con estas líneas quisiera advertir a futuras víctimas de estas trampas, para que se opongan a que los señores fotógrafos de Aulacolor les monopolicen sus actos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En