Once pueblos salmantinos reclaman beneficios fiscales de los embalses

Los ayuntamientos de once pueblos de la provincia de Salamanca, parte de cuyos términos municipales está anegada por las aguas de los embalses que abastecen las centrales hidroeléctricas de Villarino, Aldeadávila y Saucelle, reclaman su participación en la cuota de licencia fiscal que satisface Iberduero a las localidades en que se hallan los saltos.

Alcaldes, concejales y secretarios de los municipios afectados, reunidos el pasado domingo en Vitigudino (Salamanca), decidieron dirigirse a los Ministerios de Hacienda y del Interior para que éstos establezcan un reparto proporcional y...

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Los ayuntamientos de once pueblos de la provincia de Salamanca, parte de cuyos términos municipales está anegada por las aguas de los embalses que abastecen las centrales hidroeléctricas de Villarino, Aldeadávila y Saucelle, reclaman su participación en la cuota de licencia fiscal que satisface Iberduero a las localidades en que se hallan los saltos.

Alcaldes, concejales y secretarios de los municipios afectados, reunidos el pasado domingo en Vitigudino (Salamanca), decidieron dirigirse a los Ministerios de Hacienda y del Interior para que éstos establezcan un reparto proporcional y equitativo entre todas las localidades afectadas, según autoriza la legislación vigente.

En la instancia que remitirán los ayuntamientos se hace constar que el funcionamiento de la central depende tanto del salto como del embalse, por lo que no puede marginarse de los beneficios a los pueblos que entregaron sus mejores tierras para la instalación del pantano.

Hasta ahora, el 90% de la cuota de licencia fiscal abonada anualmente por Iberduero ingresa en los fondos del municipio donde se encuentran las turbinas. De esta forma, junto a los pueblos cuyo Ayuntamiento no sabe dónde invertir sus ahorros -caso de Villarino-, otros carecen de servicios indispensables, como el abastecimiento de agua, pese a encontrarse a muy pocos kilómetros de aquéllos y en la ribera de un embalse.

Los alcaldes de los municipios afectados explican en sus peticiones que los pantanos privaron a sus pueblos de las mejores tierras y que el dinero pagado por las indemnizaciones, así como los habitantes del lugar, se trasladaron a la zona industrial del país, lo que les convierte en auténtidos derrotados.

Según el diputado provincial que encabeza la reivindicación de estos pueblos salmantinos, Casimiro Hernández, la legislación francesa prima a los pueblos afectados por los embalses.

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