La actuación futura del INI se ajustará a criterios de rentabilidad

La gran misión del Instituto Nacional de Industria (INI) en los próximos años será captar, dentro de los límites que impone el respeto a la economía de mercado, recursos de la economía española para dedicarlos a actividades rentables a largo plazo y competitivas a nivel internacional, dijo ayer en Nueva York el presidente del holding estatal, José Miguel de la Rica.

En un discurso ante la Cámara de Comercio Hispano-Norteamericana, el señor De la Rica expuso las perspectivas de actuación futuro del INI, y dijo que los cambios sociales y políticos acaecidos en España desde 1975 han su...

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La gran misión del Instituto Nacional de Industria (INI) en los próximos años será captar, dentro de los límites que impone el respeto a la economía de mercado, recursos de la economía española para dedicarlos a actividades rentables a largo plazo y competitivas a nivel internacional, dijo ayer en Nueva York el presidente del holding estatal, José Miguel de la Rica.

En un discurso ante la Cámara de Comercio Hispano-Norteamericana, el señor De la Rica expuso las perspectivas de actuación futuro del INI, y dijo que los cambios sociales y políticos acaecidos en España desde 1975 han supuesto una modificación importante en el comportamiento del Instituto en el nuevo contexto democrático del país, «exigiendo la máxima transparencia en su gestión que, en definitiva, debe estar sometida al control parlamentario, como garantía para sus accionistas, que no son otros que los 36 millones de españoles».La rentabilidad a largo plazo del holding estatal, señaló su director, exige la definición del ámbito de actuación del INI por criterios económicos y no políticos, mientras que la competitividad internacional de sus actuaciones implica el aprovechamiento de las ventajas comparativas españolas.

Los objetivos estratégicos del INI para los próximos años fueron enumerados a continuación por José Miguel de la Rica: contribuir a la generación de divisas, abastecer de materias primas al país, contribuir al desarrollo tecnológico nacional, contribuir al desarrollo regional, creación de puestos de trabajo directa e indirectamente y desarrollo de otras actividades de «interés nacional» que le sean encomendadas por el Gobierno.

El presidente del INI pasó revista a cada uno de esos puntos, en los que «se concentra la filosofía de actuación del INI», y señaló que si el Instituto ha sido uno de los principales motores de la transformación de España de un país agrícola en una potencia industrial de tipo medio, «en la década de los ochenta le debe corresponder un papel decisivo en la consolidación de ese proceso».

El INI debe preparar una estructura industrial capaz de integrarse en Europa, obteniendo las ventajas derivadas de la ampliación de un mercado nacional a nivel europeo, pero capaz de resistir al mismo tiempo una libre concurrencia con los productos procedentes de los países europeos industrial y tecnológicamente más avanzados.

Respecto al sector energético, el presidente del INI indicó que casi un 60 % de la inversión prevista este año en el Instituto irá destinada a ese campo. La intensificación de la investigación irá destinada a ese campo. La intensificación de la investigación minera (especialmente de carbón y uranio) y de hidrocarburos, podría llevar a que en los años ochenta España pueda cubrir un 40 % de sus necesidades de uranio y un porcentaje similar de las de gas natural, tras los descubrimientos de nuevos yacimientos y los que puedan hacerse.

Nuestra dependencia del petróleo continuará siendo muy grande, reconoció el señor De la Rica, quien estimó en un 10% la máxima cobertura de nuestras necesidades de crudo por nuestros recursos propios. El INI trabaja también en el desarrollo de la minería del carbón, en la investigación de nuevas energías y en programas de conservación, añadió el presidente del Instituto.

Al tratar la energía nuclear, el señor De la Rica hizo la salvedad de que «si los recientes sucesos de Harrisburg y la presión de los grupos antinucleares no suponen una paralización o retraso del programa», más del 20 % de la electricidad española será de origen nuclear en 1985.

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