El proceso político peruano, pendiente de la enfermedad de Haya de la Torre
La grave enfermedad que padece el anciano dirigente del APRA peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, y que hace temer seriamente poi su vida, plantea una serie de agudos problemas políticos en su país, que, incluso, pueden poner en peligro la anunciada transición del poder militar al civil.El centro de esos problemas está situado en la desconfianza de los militares que actualmente gobiernan Perú hacia cualquier formación política que no sea la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), para canalizar la transferencia de poderes. Para los observadores políticos, es un hecho cierto que las f...
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La grave enfermedad que padece el anciano dirigente del APRA peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, y que hace temer seriamente poi su vida, plantea una serie de agudos problemas políticos en su país, que, incluso, pueden poner en peligro la anunciada transición del poder militar al civil.El centro de esos problemas está situado en la desconfianza de los militares que actualmente gobiernan Perú hacia cualquier formación política que no sea la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), para canalizar la transferencia de poderes. Para los observadores políticos, es un hecho cierto que las fuerzas armadas y el APRA han establecido un pacto para que, una vez asumida la presidencia por el civil que resulte vencedor en las elecciones generales, no se produzcan revanchismos.
Con Haya al frente de su partido parece casi asegurada la victoria del APRA en las elecciones, que posiblemente se celebrarán en octubre o noviembre próximos, y garantizada la vigencia del pacto. Pero si Haya muere y se produce la temida división en aquella formación política, grupos como.
Acción Popular, de Fernando Belaúnde, o el propio Partido Popular Cristiano, de Luis Bedoya, podrían tener opciones importantes para alzarse con el triunfo, que de ninguna manera sería bien visto por los militares.
El propio Belaúnde advirtió el lunes que el hecho de que se hable ahora de una «nueva etapa » del Gobierno militar podría significar un intento de frustrar la transferencia del poder a los civiles.