Cartas al director

Desprecio e ignorancia del "quinqui"

Leo, entre perpleja e indignada, la reseña de su corresponsal en Salamanca, a propósito de: unas declaraciones de la oficina de prensa de UCD en aquella capital, en las que se dice textualmente, que tal partido acepta, en sus candidaturas a las municipales, a cualquier persona, «Siempre que no sea quinqui o de los GRAPO». Y me indigna más todavía que nadie, desde la ejecutiva salmantina o desde la central de UCD, haya desmentido o edulcorado, tan desdichadas declaraciones. Está claro: se ha dichojusto lo que se quería decir.UCD equipara paladinamente a un pueblo inocente, el pueblo...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Leo, entre perpleja e indignada, la reseña de su corresponsal en Salamanca, a propósito de: unas declaraciones de la oficina de prensa de UCD en aquella capital, en las que se dice textualmente, que tal partido acepta, en sus candidaturas a las municipales, a cualquier persona, «Siempre que no sea quinqui o de los GRAPO». Y me indigna más todavía que nadie, desde la ejecutiva salmantina o desde la central de UCD, haya desmentido o edulcorado, tan desdichadas declaraciones. Está claro: se ha dichojusto lo que se quería decir.UCD equipara paladinamente a un pueblo inocente, el pueblo quinqui (y es axioma antropológico, histórico y sociológico, además de religioso, que no hay pueblos culpables), con un grupo terrorista perfectamente definido.

Lo que hace del pueblo quinqui históricamente un pueblo sumido en la miseria y en la ignorancia es, precisamente, la continuidad de un rechazo racista y de una expresa marginación, práctica de la farisaica sociedad española durante centurias. Y hoy, el partido en el poder, de ideología cristiana, humanista, demócrata, desprejuiciada, abierta y progresista, nos da un patético ejemplo de despiste político y social y una grave muestra de anticonstitucionalismo, mucho más significativo de lo que a primera vista pudiera parecer un lapsus de su oficina de prensa en Salamanca. Ya saben los marginados de España -entre seis y siete millones de ciudadanos españoles, por diversas causas-: UCD tiene límites en su tolerancia integradora: hoy, los quinquis; ¿mañana?...

Ser quinqui o ser payo es una circunstancia de cuna. Cualquier persona con mínimas posibilidades de realización puede llegar a donde se proponga, si la sociedad no se lo impide. A sensu contrario: ¿cabe imaginar, en 1979, a candidatos de UCD salidos del pozo en que España tiene y mantiene todavía al pueblo quinqui, en las mismas circunstancias, con los mismos prejuicios y estereotipos negativos?

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En