La policía francesa detiene a otro refugiado vasco

Un refugiado vasco apellidado Aldasoro fue detenido por la policía francesa a las siete de la tarde del pasado miércoles en la localidad francesa de San Juan de Luz. Por el momento se ignoran las causas de la detención. El señor Aldasoro tiene sesenta años y hace muchos que reside en la localidad de Urrana, en el País Vasco francés. Está casado y tiene tres hijos, dos de los cuales están también casados y viven en el País Vasco español.Al parecer, el detenido se opuso a la detención, por lo que los dos policías encargados en principio de la misma tuvieron que recabar la ayuda de una patrulla p...

Un refugiado vasco apellidado Aldasoro fue detenido por la policía francesa a las siete de la tarde del pasado miércoles en la localidad francesa de San Juan de Luz. Por el momento se ignoran las causas de la detención. El señor Aldasoro tiene sesenta años y hace muchos que reside en la localidad de Urrana, en el País Vasco francés. Está casado y tiene tres hijos, dos de los cuales están también casados y viven en el País Vasco español.Al parecer, el detenido se opuso a la detención, por lo que los dos policías encargados en principio de la misma tuvieron que recabar la ayuda de una patrulla para llevarla a efecto.

Secuestro frustrado de una refugiada

Por otra parte, una persona armada que se hizo pasar por policía trató de secuestrar el miércoles a mediodía a una refugiada vasca en el domicilio que tiene en la parte vieja de Bayona, en el norte de Euskadi. El agresor, que utilizaba una pistola provista de silenciador, consiguió sacar de la vivienda a Arantxa Sasiain e intimidar con su arma a aquellas personas que se encontró a su paso. Sin embargo, los gritos histéricos de la víctima en la calle «alertó a los clientes de un bar próximo, por lo que el agresor optó por liberar a la secuestrada y darse rápidamente a la fuga».

Una vez liberada la joven presentó la correspondiente denuncia en la subprefectura de policía de Bayona donde el comisario, tras las primeras investigaciones, descartó la posibilidad de que la persona armada perteneciera a la policía.