La violencia complica todavía más la huelga de hospitales

La violencia volvió de nuevo ayer a los hospitales de la Seguridad Social, mientras los responsables de la sanidad, tanto el ministerio del ramo como el Instituto Nacional de Previsión, persisten en su más absoluto mutismo sobre esta larga huelga, que desde hace veinte días mantiene una situación caótica en unos cuarenta centros sanitarios.

La única postura oficial en cuanto al conflicto consistió en decretar la intervención de los centros sanitarios, con el fin de evitar una huelga, que, al no ser reconocida por el Ministerio de Sanidad, se está desarrollando, por lo que hace referenci...

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La violencia volvió de nuevo ayer a los hospitales de la Seguridad Social, mientras los responsables de la sanidad, tanto el ministerio del ramo como el Instituto Nacional de Previsión, persisten en su más absoluto mutismo sobre esta larga huelga, que desde hace veinte días mantiene una situación caótica en unos cuarenta centros sanitarios.

La única postura oficial en cuanto al conflicto consistió en decretar la intervención de los centros sanitarios, con el fin de evitar una huelga, que, al no ser reconocida por el Ministerio de Sanidad, se está desarrollando, por lo que hace referencia a su organización, casi a nivel de clandestinidad.De esta manera, el conflicto está en manos del asambleísmo, una vez que las centrales, que en principio apoyaron la huelga de los hospitales (como presión para conseguir la negociación con la Administración de mejoras salariales y sociales del colectivo sanitario, unos 160.000 trabajadores) fueron desbordadas por los propios trabajadores, al margen de la afiliación sindical de éstos.

De esta manera, desde que el pasado 30 de enero fuera convocada por todas las centrales -excepto UGT, que desde el principio se mostró partidaria de posponer la negociación de la revisión salarial a la constitución de las nuevas Cortes, las cuales deben aprobar los presupuestos de la Seguridad Social-, la huelga de los hospitales con carácter indefinido, el conflicto se mantiene desorganizadamente en unos cuarenta centros hospitalarios.

De nada sirvió la desconvocatoria de la huelga por parte de CCOO y USO, centrales que teóricamente cuentan con cierta presencia en el sector. El llamamiento a la normalidad laboral fue desoído por los trabajadores -una parte de los trabajadores, más exactamente-, que desde aquella fecha deciden el curso del conflicto en asamblea, mediante votaciones a mano alzada y con informaciones que dificulta la presencia policial en los centros,

Con este ambiente como fondo, en un clima de creciente malestar entre la clase médica - no sólo secunda los paros el personal no facultativo, pues en algún centro madrileño se han sumado al paro parte de los médicos- el Ministerio de Sanidad y el INP persisten en su negativa a negociar, sobre la base de que no es posible revisar los salarios más del porcentaje de aumento que ya se ha aplicado hasta que no sean aprobados los presupuestos de la Seguridad Social.

En todo este período, tan sólo se han registrado algunos conatos de negociación, fracasados todos por el mantenimeinto de las respectivas posturas. En esta línea, para hoy está prevista una nueva reunión de los sindicatos con el INP. Por otra parte, la presencia de la policía en los centros, de acuerdo con el decreto de intervención de los mismos aprobado por el Gobierno, y el decreto en sí, que coarta el derecho de huelga a los trabajadores de la Sanidad, han pasado a engrosar las reivindicaciones de los huelguistas.

En este sentido, desde ayer hay que contabilizar otra nueva reivindicación: la puesta en libertad de los 74 trabajadores detenidos durante los incidentes registrados ayer en el transcurso de la pretendida manifestación motorizada que, desde La Paz hasta el Ministerio de Sanidad, fue abortada por la policía en la plaza de la Cibeles, primero, para ser definitivamente disuelta ante la sede del Ministerio.

Por la tarde, ante el intento de asamblea por parte de los trabajadores de La Paz para tratar sobre las referidas detenciones, la policía procedió a la disolución de los concentrados en el hall de la residencia general del centro, registrándose algunos momentos de confusión, en el transcurso de los cuales resultaron lesionados cuatro trabajadores. Uno de los heridos es un celador minusválido.

Por otra parte, a la hora de cerrar esta edición, la policía procedió a desalojar a los trabajadores que trataban de permanecer encerrados durante toda la noche en las ciudades sanitarias de La Paz, Ramón y Cajal y Primero de Octubre, como protesta por la detención de sus compañeros.

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