Segundo paro de Hunosa en lo que va de año

Hunosa registró ayer la segunda huelga del año, convocada por las centrales sindicales Comisiones Obreras y UGT, por considerar insatisfactorio el desarrollo de las negociaciones del convenio colectivo iniciadas el 17 de enero. El paro en los puntos de arranque del carbón ha sido total. La mayoría de los administrativos, vigilantes y facultativos, cuyas asociaciones profesionales no secundan la huelga, han acudido a sus respectivos centros de trabajo.

Al convocar este paro, Comisiones Obreras y la UGT no han fijado su duración, aunque se estima que la empresa nacional hullera permanecer...

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Hunosa registró ayer la segunda huelga del año, convocada por las centrales sindicales Comisiones Obreras y UGT, por considerar insatisfactorio el desarrollo de las negociaciones del convenio colectivo iniciadas el 17 de enero. El paro en los puntos de arranque del carbón ha sido total. La mayoría de los administrativos, vigilantes y facultativos, cuyas asociaciones profesionales no secundan la huelga, han acudido a sus respectivos centros de trabajo.

Al convocar este paro, Comisiones Obreras y la UGT no han fijado su duración, aunque se estima que la empresa nacional hullera permanecerá paralizada, por lo menos, hasta mañana inclusive. Las anormalidades registradas anteayer, especialmente en la cuenca del Nalón, donde la cota de arranque de carbón no alcanzó el 20 %, marcaba la tendencia inevitable hacia la segunda huelga del año. La primera fue el día 8 de enero, en respuesta a la actitud de la dirección, que en aquellas fechas solamente podía hacer efectivo el 50 % de la nómina correspondiente al mes de diciembre. El paro duró veinticuatro horas y la solución al conflicto vino de la mano del ministro de Economía, Fernando Abril Martorell, quien suplió la falta de liquidez de la empresa entregándole la doceava parte de las pérdidas presupuestadas para 1978. UGT y CCOO estiman ahora que la dirección no ha considerado ninguna de las reivindicaciones planteadas por los trabajadores y concluyen que su última contraoferta significa un retroceso en relación a sus anteriores planteamientos.En el marco global de las reivindicaciones de este convenio los trabajadores destacan los siguientes aspectos: un incremento de la masa salarial del 16 %; un reparto proporcional, por niveles, al salario empresa y complemento fijo; la afiliación de igual número de ayudantes mineros al de bajas habidas en la empresa durante 1978 por cualquier causa, y contemplar la posibilidad de algún sábado más de descanso. Por su parte, la dirección ha expuesto que no es negociable un aumento superior al 11%, fijado por el decreto-ley sobre rentas y empleo. En cuanto al reparto del incremento de la masa salarial, la empresa ha modificado sustancialmente su planteamiento inicial y considera como posición límite que el reparto se haga proporcionalmente por niveles a partir del salario base, complemento fijo y complemento variable medio (letra b).

La dirección no acepta el aumento de los sábados de descanso y sólo está dispuesta a admitir el ingreso de 250 nuevos trabajadores ampliables en otros doscientos si a mediados del ejercicio se alcanzan niveles de resultados técnico-económicos satisfactorios. Respecto a los destajos, uno de los puntos más conflictivos, la empresa pretende mantener la filosofía de consolidar los promedios y que sólo tengan derecho a mayores percepciones aquellos destajistas habituales que trabajen a incentivo.

Con el convenio de 1978, los 15.078 trabajadores del interior de las minas perciben una media de 835.500 pesetas brutas al año cada uno; los 3.920 del exterior, una media de 659.000 pesetas, y los 4.100 empleados, una media de 925.000 pesetas brutas, a los que hay que aplicar los descuentos correspondientes.

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