Bulgaria reaviva su polémica con Yugoslavia por la minoría macedonia

Una semana después de que el jefe del Estado soviético, Leónidas Breinev, alabara en Sofía a Bulgaria por su «política de buena vecindad respecto de los países balcánicos», el régimen búlgaro ha iniciado una intensa polémica con Yugoslavia con Macedonia como fondo.Al mismo tiempo, el diario del Partido Comunista yugoslavo, Borba, indica que Albania trata de estimular a los albaneses yugoslavos para que adopten una postura de resistencia frente a la línea política que encarna el actual régimen de Belgrado, aunque el mismo periódico resalta las mejores perspectivas que existen entre l...

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Una semana después de que el jefe del Estado soviético, Leónidas Breinev, alabara en Sofía a Bulgaria por su «política de buena vecindad respecto de los países balcánicos», el régimen búlgaro ha iniciado una intensa polémica con Yugoslavia con Macedonia como fondo.Al mismo tiempo, el diario del Partido Comunista yugoslavo, Borba, indica que Albania trata de estimular a los albaneses yugoslavos para que adopten una postura de resistencia frente a la línea política que encarna el actual régimen de Belgrado, aunque el mismo periódico resalta las mejores perspectivas que existen entre los dos países balcánicos.

La publicación de las memorias de una veterana militante comunista búlgara, Tsola Dragoitsche va, ha sido la ocasión para que en los medios políticos de Sofía se haya resucitado la vieja polémica en torno a la región Macedonia. «Los macedonios son búlgaros», dice la señora Dragoitscheva en sus recuerdos. Esta región fue incorporada a Bulgaria, según este país, durante la ocupación de Yugoslavia por los alemanes, en la segunda guerra mundial, y, por tanto, el estatuto autonómico de que disfruta ahora Macedonia, según la citada autora, va directamente en contra de Bulgaria: «Es -dice- una colonización antibúlgara por Belgrado.» Desde 1948, Sofía cuenta con el respaldo soviético en la pretensión de separar esta región del resto de las repúblicas integradas en la Confederación Yugoslava.

A pesar de las aspiraciones anexionistas búlgaras, no existe en el pueblo macedonio interés alguno en pasar a formar parte de un país centralizado y muy influenciado por la Unión Soviética, mientras que Yugoslavia le garantiza un estatuto dotado de mayores poderes autonómicos. El antiguo reino de Filipo II y de Alejando Magno jugó un papel decisivo en las dos guerras balcánicas, de las que se derivó la independencia de Servia, Grecia y Bulgaria. La partición de Macedonia entre estos tres países no neutralizó el sentimiento nacional de su población. En 1915, la cuestión macedonia movió a entrar en la guerra mundial a Bulgaria. Cuatro años después, el tratado de Neuilly obligaba a este país a devolver todas las conquistas en suelo macedonio a sus primitivos administradores. Durante la segunda guerra mundial los búlgaros volvieron a ocupar los territorios macedonios griegos y yugoslavos situados al este del Struma, situación que perduró hasta 1944.

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