Eanes pide una política salarial justa para 1979
El presidente de Portugal, Ramalho Eanes, ha aprovechado el mensaje de año nuevo al pueblo portugués para definir su posición sobre los principales problemas de Portugal en los planos político, económico y social.
Para muchos, que identificaban al jefe del Estado con la vigorosa defensa del sector privado y de la vuelta a la más estricta ortodoxia economicista emprendida por el Gobierno Mota Pinto, habrá resultado sorprendente la preocupación manifestada por el general presidente por las repercusiones sociales de la política de recuperación económica. Si bien es necesario seguir luc...
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El presidente de Portugal, Ramalho Eanes, ha aprovechado el mensaje de año nuevo al pueblo portugués para definir su posición sobre los principales problemas de Portugal en los planos político, económico y social.
Para muchos, que identificaban al jefe del Estado con la vigorosa defensa del sector privado y de la vuelta a la más estricta ortodoxia economicista emprendida por el Gobierno Mota Pinto, habrá resultado sorprendente la preocupación manifestada por el general presidente por las repercusiones sociales de la política de recuperación económica. Si bien es necesario seguir luchando por la mejora de la productividad, contra el absentismo, por el realismo en las reivindicaciones salariales y por la solución de los conflictos laborales por vía de diálogo, afirmó en sustancia el jefe del Estado, no es menos urgente encarar una política laboral «clara, objetiva y justa» que debe traducirse en medidas tendentes a eliminar el paro y en una política salarial «justa y equilibrada que proteja a los trabajadores y sus familias de las consecuencias de la disminución de su poder de compra».
Al sector privado, objeto en los últimos tiempos de todos los estímulos y garantías, el general Eanes ha dirigido esta vez una clara advertencia: «Los defensores de intereses conservadores no deben sonar -dijo- con el restablecimiento de condiciones que aseguren al sector privado un proteccionismo que la evolución económica interna y externa ha condenado hace mucho.» Tampoco el Estado debe intervenir en defensa del patronato en el delicado terreno de las relaciones laborales, donde los jefes de empresas deberán -precisó el general Eanes- asumir los problemas que se les planteen como aspectos específicos de su gestión.»