Cuatro Gabinetes en cinco meses

En menos de cinco meses Irán ha contado con cuatro Gobiernos diferentes. Todos ellos han respondido a acciones personales del sha adoptadas siempre cuando la presión popular o política contra su régimen era casi insoportable. En casi todos los casos, el sha ha tenido que recurrir a decisiones in extremis para salvar de una casi segura desaparición a su feudal monarquía absoluta.El primer Gobierno de esta serie, al parecer imparable, de sucesivos gabinetes quedó constituido el 7 de agosto de 1977 por Dajamechid Amuzegar, ex ministro del Interior, cuyo principal objetivo fue mantener y ac...

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En menos de cinco meses Irán ha contado con cuatro Gobiernos diferentes. Todos ellos han respondido a acciones personales del sha adoptadas siempre cuando la presión popular o política contra su régimen era casi insoportable. En casi todos los casos, el sha ha tenido que recurrir a decisiones in extremis para salvar de una casi segura desaparición a su feudal monarquía absoluta.El primer Gobierno de esta serie, al parecer imparable, de sucesivos gabinetes quedó constituido el 7 de agosto de 1977 por Dajamechid Amuzegar, ex ministro del Interior, cuyo principal objetivo fue mantener y acelerar la política de modernización del país, muy contestada por la oposición religiosa.

El 28 de agosto de 1978, tras una serie de protestas generales que recorrieron el país y que fueron duramente reprimidas por el Ejército, se formó un nuevo Gabinete presidido por Djafar Sharif Emami, presidente de la Fundación Phalevi y del Senado. Intentó proseguir la «liberación», pero llegó, según todos los comentaristas, demasiado tarde, y la contestación de masas al sistema no sólo no amainó, sino que se incrementó a raíz de la declaración de la ley marcial y la feroz represión del pasado 8 de septiembre, que ha pasado a la historia de Irán como «el viernes negro», cuando el Ejército abrió fuego sobre las multitudes y produjo más de 250 muertos.

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A partir de este momento, las manifestaciones de protesta en las que participa masivamente la población, dirigida por los líderes religiosos chiitas, los izquierdistas y la oposición laica, no han hecho más que ir en aumento, alcanzando dimensiones de auténtico plebiscito y movilizando a millones de personas.

El 6 de noviembre pasado el sha reestructuró su Gobierno y lo dejó en manos del general Gholam. Reza Azar¡, jefe del Ejército. Este intentó en vano calmar a los chiitas y comenzó a depurar a elementos demasiado comprometidos en los abusos del régimen y su corrupción.

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